Empresario de éxito y presidente de la Unión Internacional de Química, Javier García Martínez sube un peldaño más con el Premio Nacional de Investigación. Desde la alegría increíble que siente este catedrático de la Universidad de Alicante por el reconocimiento también destaca la importancia de inspirar a las nuevas generaciones. "Quiero reclamar que en el ser alicantino está también la ciencia", afirma. Y a pesar de que "no tenemos los mismos medios ni presupuestos que tienen los grandes centros del país".
El viernes 22 de septiembre quedará en la memoria de Javier García como uno de los más intensos de su vida. El galardón que concede el Ministerio de Ciencia avala una trayectoria en la que ya tenía grandes apoyos internacionales. "Estoy como en una nube", reconoce risueño, "me ha hecho una ilusión increíble". La ministra Diana Morant, a la que conoce personalmente, se ha encargado de llamarle y darle esta sorpresa en un "momento realmente inolvidable".
Y esa cantidad de elogios que ha recibido en un día en el que el teléfono ya no ha parado de sonar, García recalca que este "es un premio a un grupo de investigación, no solamente a mí". Así valora que desde hace veinte años "tengo la suerte de dirigir el laboratorio de nanotecnología molecular de la UA y habernos posicionado a la cabeza de la investigación química y nanotecnológica del mundo".
Por eso el reconocimiento 'Juan de la Cierva' en el área de transferencia tecnológica lo siente "claramente" dedicado "a un grupo porque la investigación hoy en día la realizamos equipos". En su caso, "con un grupo de gente muy joven en un grupo internacional".
El de García es el tercer Premio Nacional que acumula la ciencia en la Universidad de Alicante, con los de Francis Mojica y Fernando Maestre. Y para ambos tiene palabras de reconocimiento: "De aquí salió Balmis, aquí se hizo el descubrimiento científico más importante del siglo que es CRISPR, aquí tenemos a Francis Mojica. Este premio nacional consolida una trayectoria, el año pasado se lo entregaron a Fernando Maestre aquí en Alicante".
Esto marca para García una tendencia a reconocer. "En lo que significa ser alicantino hay muchísimas cosas. Y a veces se nos olvida la ciencia y la tecnología, que también están, pero que a veces no la reconocemos. Yo quiero reivindicar que los alicantinos nos sintamos orgullosos de la ciencia que se hace aquí, que se hace sobre todo en la universidad y que pase a ser parte de la idiosincrasia de la realidad del sentir alicantino".
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Un logro que no olvida el contexto que lo permite. "Por eso sabe tan bien estos reconocimientos cuando no ocurren en los principales centros de investigación del país, cuando ocurren en la periferia", razona. "Por eso nos sentimos tan orgullosos de que Alicante esté ahí en Primera División con presupuestos e infraestructuras de Segunda B. De eso no hay ninguna duda. No tenemos los mismos medios ni presupuestos que tienen los grandes centros del país, los centros nacionales. No estamos ahí. Y sin embargo tenemos personas de Primera División".
En esa línea subraya el camino para mejorar. "Tenemos una cantera extraordinaria y si realmente nos creyéramos en Alicante, y lo voy a extender a la Comunidad Valenciana, que es una tierra de ciencia y conocimientos, no tendríamos límite para lo que podríamos hacer".
El Premio Nacional a la Transferencia Tecnológica valora justamente esa carrera en la que el descubrimiento científico se ha transformado en soluciones empresariales. Y ahí cree que aún hay mucho por hacer. "Hay que alinear dos mundos que no solamente no se hablan sino que hablan idiomas diferentes", razona sobre las relaciones entre el sector de la investigación y el de los negocios.
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¿Cómo se pueden unir? En primer lugar, responde, "buscando referentes, casos de éxito, personas que lo han hecho. De manera que podamos seguir la trayectoria de otras personas. Un camino difícil de recorrer porque no tenemos la formación adecuada, porque no tenemos el mismo vocabulario ni la misma urgencia ni los mismos incentivos".
Así que aprovecha también para señalar la que cree que debería ser la línea de la Administración pública: "Simplificar. No es tanto más ayudas, más dinero, no. Es simplificar los trámites, hacer que el camino sea más fácil de recorrer". "A veces es la burocracia, los papeles, los plazos, las restricciones legales, las que hacen que este camino sea tan difícil. Yo lo que le diría a la Administración es que no nos haga la vida difícil, que bastante riesgo tiene que asumir alguien cuando crea una empresa desde la ciencia, desde unos primeros resultados", concluye.