Una "puñalada" al sector "en el peor momento desde el confinamiento, con la mayor parte de los establecimientos vacíos o cerrados". Este es el diagnóstico que más repitieron este martes los empresarios turísticos consultados por El Español a raíz del acuerdo sorpresa entre el síndico del PSOE en las Cortes, Manolo Mata, con sus socios en el Botánico, Compromís y Unidas Podemos. El pacto: debatir en enero y febrero la implantación de una tasa turística en la Comunidad Valenciana y formalizar la propuesta a finales de marzo.
Esta maniobra choca frontalmente con todo lo que se había dicho anteriormente desde la parte socialista de la Administración autonómica. Tanto por boca de su secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, quien la ha rechazado en múltiples ocasiones, como por parte del conseller de Hacienda, Vicent Soler, o del propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Todos ellos han asegurado en las últimas semanas que no era "el momento" para poner este tributo encima de la mesa.
Pues bien. El momento al parecer es dentro de tres meses, según la firma estampada por Mata en el acuerdo con sus socios, y previamente se hablará con "empresarios y trabajadores" para ver cómo se articula la propuesta. En medio, un mar de incógnitas que incluye el formato de esta "tasa (en realidad es un impuesto), su vocación "municipal", como dijo Soler que tendría en caso de implantarse, y a qué subsectores afectará.
Lo cierto es que el planteamiento tampoco importa mucho, porque todas las patronales turísticas, sin excepción, tienen claro su postura en la negociación: "No a todo, en cualquier formato y mucho menos en un momento como el actual". "Es de una inoportunidad pasmosa", zanjaron.
La tesis del Consell: no es lo mismo el Botánico que sus partidos
A pesar de que los líderes de los partidos celebraban este martes la futura implantación del tributo ("tindrem taxa turística"), desde el Gobierno autonómico se trató de separar la parte de partido de la institucional. No es lo mismo, según estas fuentes, un acuerdo de los tres grupos parlamentarios que sustentan el Botánic, y que tienen mayoría en la cámara, que los propios cargos que pertenecen a esos partidos y trabajan en la Administración que se encarga de impulsar sus políticas.
Pero ese hecho no borra que apenas 24 horas antes el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, participase en un acto en Benidorm con la patronal Hosbec, la mayor de la Comunidad Valenciana, donde se criticó la implantación de esta tasa, pero en el que no hubo ninguna referencia al pacto al que el PSOE llegaría apenas un día después con Compromís y Unidas Podemos para cerrar una propuesta en apenas tres meses.
Quizá por eso no pocos empresarios hablaban este martes de "traición". El presidente de Hosbec, Toni Mayor, aseguró que es "ridículo siquiera el mencionar" el gravar la presión fiscal en este momento a las empresas turísticas, y precisó que "es como si se quisiese poner un impuesto por comer después de una guerra". "Les falta pisar realidad para ser solidarios con el desastre que tenemos encima de la mesa. Estamos vacíos y muchos no saben cuándo volverán a abrir", afirmó.
El líder de la patronal de apartamentos turísticos (Aptur), Miguel Ángel Sotillos, interpretó el movimiento como un peaje político entre los socios, lo que no quita "que no tenga ningún sentido el plantear algo así con la que está cayendo". Sotillos recordó que muchos de sus asociados "no saben qué pasará en las próximas semanas", con ocupaciones por debajo del 30% y pendientes del mercado de última hora.
Benidorm: "No y nunca"
Una de las posibilidades, adelantadas por Soler, es que la implantación del impuesto sea "voluntario y municipal". Y las reacciones desde algunos de los principales municipios turísticos de la Comunidad tampoco es que sean muy positivas. El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, se reafirmó en su negativa, y manifestó que "el gobierno de Benidorm, en sintonía con lo mantenido por el sector, siempre ha defendido el ‘no y nunca’ a la tasa turística".
Para Pérez, esta medida "solo persigue penalizar esta actividad, la misma que desde que estalló la pandemia ha echado en falta, y mucho, el apoyo del tripartito del Consell que ahora pretende poner nuevas cortapisas a su recuperación".
El alcalde incidió en que "la tasa turística sólo obedece a un ‘tic’ ideológico permanente de los socios del gobierno del Consell" que, "a diferencia del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer", son "incapaces de ver y entender que el turismo es la actividad que mejor redistribuye la riqueza", que "tiene un altísimo compromiso social" y que "no se deslocaliza".
Pérez afirmó que este acuerdo es "una imposición de aquellos que en el fondo odian el turismo y la democratización de las vacaciones que supone el modelo de sol y playa", al tiempo que "genera más incertidumbre a un sector que siempre ha sido tractor y locomotora, ofreciendo grandes rendimientos al PIB de la Comunidad Valenciana".