Los tres partidos del Gobierno del Botánico (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) han acordado poner en marcha la tasa turística en un plazo de dos años, un impuesto que grava las pernoctaciones en determinados alojamientos privados de la Comunidad Valenciana (hoteles, apartamentos reglados, casas rurales, campings y cruceros). La región se suma así a Bleares y Cataluña y empezará a cobrar por las estancias turísticas, independientemente de su origen.
El importe será de entre 0,5 a 2 euros, y en principio su ámbito será voluntario y municipal. Sin embargo, técnicamente no es así: a no ser que se haya modificado el borrador del proyecto, el tributo cuenta con un tramo autonómico, aunque está bonificado al 100%. Pero eso quiere decir que realmente es un impuesto autonómico, y que en cualquier momento se puede activar para que su aplicación sea obligatoria.
Otra de las incógnitas pasa por saber a qué se va a dedicar el dinero recaudado con el impuesto. El Botánico ha vendido que los municipios podrán escoger dónde invertir, incluido promoción turística. Ese fue el mismo argumento que se dio en Cataluña a los empresarios, y que ha terminado con la patronal denunciando incumplimientos de la Administración autonómica.
También será necesario perfil a quién afecta la tasa turística. Los tres partidos contemplan situaciones específicas para la exención como los viajes del Imserso, pero se da la paradoja de que en principio los propios valencianos tendrán que abonar el tributo por pernoctar en su propia Comunidad. En este sentido, aquellos que pasen la noche en alojamientos sin registrar o en casas de amigos o parientes tampoco tendrán que pagar nada.
De momento la propuesta ha contado con el rechazo unánime de los empresarios (Hosbec la criticó este lunes asegurando que el Botánico estaba "fuera de la realidad"), asociaciones de consumidores, el propio secretario autonómico de Turismo (el socialista Francesc Colomer) e incluso la ejecutiva provincial del PSOE de Alicante, cuyo secretario general, Alejandro Soler, se comprometió a pelear contra su aplicación. En este sentido, el presidente del PP de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, ya se ha comprometido a derogarla (o a que no entre en vigor) si gana las elecciones.
APHA: "Es una obsesión"
No solo Hosbec salió este lunes a criticar el nuevo impuesto. La Asociación Provincial de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Alicante (APHA) calificó de "obsesión del Botánico" la intención de imponer una tasa turística en la Comunidad Valenciana.
En un comunicado, esta patronal hotelera de Alicante (que no incluye los establecimientos de Benidorm y su entorno) señaló que está "en completo desacuerdo" y expresó su perplejidad "por la obsesión por sacarlo adelante con independencia del crudo momento que atraviesa no sólo el sector sino también el conjunto de la ciudadanía".
"La desconexión entre los gobernantes valencianos y la realidad económica y social parece no tener límites", según APHA, al referirse a "los problemas de las familias para llegar a final de mes con una inflación galopante, el temor a que la guerra de Ucrania cronifique una crisis de materias primas y los costes de la energía o la incertidumbre" con respecto a la pandemia.
"Parece que no son suficientes argumentos para retirar la propuesta de una tasa, que supone una pérdida de competitividad directa que incrementa el precio a los consumidores turísticos sin aportar ningún valor añadido a cambio", aseguró la patronal.
"En lugar de apoyar al sector en esta compleja coyuntura, parece que el Gobierno valenciano está decidido a castigar al turismo con un impuesto arbitrario que le señala frente al resto de actividades económicas", reiteró.
APHA terminó la nota echando "de menos el apoyo un gobierno empático y responsable, comprometido con el futuro del turismo y capaz de dar coherencia a su propia Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad".
"Nos encontramos, muy a nuestro pesar, frente a una iniciativa arbitraria, lesiva para el sector y que se empeñan en sacar adelante sin importar el negativo impacto que puede traer consigo" a causa de "intereses partidistas, la ideología de salón y la demagogia más trasnochada".