Este viernes, Susana Vicente volverá a coger el AVE por segunda vez. Saldrá de nuevo desde su Elche natal camino a Madrid, donde se plantará en dos horas y diez minutos. En la anterior ocasión, en mayo, recuerda un viaje cómodo y con pocos usuarios, "habíamos unas diez personas", señala, y a la vuelta, "unos cinco".
Con estas cifras de usuarios, el Partido Popular ilicitano ha salido al paso de las declaraciones del alcalde, el socialista Carlos González, sobre "el balance positivo" realizado con motivo de los seis primeros meses de la puesta en marcha de esta infraestructura que desemboca en Orihuela.
Se refería el primer edil a que, en medio año, ha habido 12.000 pasajeros, o lo que es lo mismo, 2.000 al mes. Al día salen a 66, que habría que dividir entre cuatro servicios, dos por la mañana (a las 6.28 horas parte desde Orihuela, a las 6.40h llega a Elche y el de ida de las 6.55 horas de Madrid) de ida y vuelta y dos por la noche (a las 20.48 horas de Orihuela, 21.00h de Elche y a las 19.55h de Madrid), es decir, a 16 pasajeros por tren para 1.264 plazas asignadas.
José Navarro, portavoz adjunto popular, ha dicho que no entiende "por qué el alcalde califica como buenos unos resultados que dan buena muestra de la poca presencia de la estación AVE", ubicada en la pedanía de Matola, a siete kilómetros del casco urbano. Al final se trata de un apeadero que se proyectó como gran estación y que con los recortes de la crisis de 2008 se redujo a una inversión de 6,5 millones de euros. Atrás también había quedado el intento de levantar una gran estación en el centro de Elche, al estilo de Alicante, para acoger el AVE.
El alcalde González había reconocido que “es evidente que estamos en un periodo inicial y complejo", en alusión a las restricciones por la pandemia a la vez que pedía "mucho margen de mejora por delante”. Unas mejoras que pasan por "hacer un trabajo de visibilización y de difusión de la estación y sus características y comodidades tanto en nuestro entorno, es decir, en los municipios de nuestra área de influencia de la Vega Baja y del Vinalopó, como en Albacete y Madrid, para que opten por utilizar nuestra estación”.
"Ventajas competitivas"
Según el regidor, la Estación del AVE de Elche "cuenta con valiosas ventajas competitivas frente a la Estación de Alicante, fundamentalmente la fácil accesibilidad y el estacionamiento gratuito, al tiempo que la conexión con transporte público con el casco urbano", el alusión al bus urbano que llega hasta la ciudad.
Para el usuario Víctor Martínez, la ubicación de la estación "es una ventaja" porque si bien entiende que "a mucha gente le parece mal que esté en las afueras", afirma que tanto para ir a la estación de Elche como a la de Alicante, "también tienes que coger un transporte de una forma u otra". "Lo bueno es que hay mucho menos tráfico para ir a la estación de Matola que para ir a Alicante en caso de tener prisa", añade este joven ilicitano que ha trabajado en Madrid.
En el caso de Susana, optó por coger el taxi para ir a Matola, y le cobraron unos 15 euros. "Aunque me esperaba que la estación estuviera más cerca, la próxima vez cogeré el bus urbano y por 1,35 euros estaré allí", explica.
Susana también se refiere a la falta de indicaciones para llegar al apeadero de la pedanía, algo que ha denunciado el PP. "Aún nos encontramos con una estación del AVE que no está señalizada, muchos ilicitanos aún no saben dónde está, y esto es única y exclusivamente competencia del ayuntamiento indicar su ubicación”, recuerda Navarro.
Desventajas
Las desventajas que no menciona el alcalde sobresalen pasados seis meses de su puesta en marcha. Por un lado está la falta de conexión con el obsoleto tren de cercanías, todavía sin electrificar y propulsados por diésel, como sí ocurre con Alicante ciudad.
“El gobierno de Rajoy consignó en los PGE una partida específica para iniciar el Plan de Cercanías que debía modernizar nuestra línea C1 Murcia - Alicante con la instalación de parada del propio cercanías en la estación del AVE Matola", asegura el PP. Hace dos décadas, se pensó en IFA como estación para conectar con el aeropuerto; en la actualidad, esta infraestructura es de las pocas de España que sigue sin tener conexión por tren.
Otro inconveniente es la imagen de tren elitista. Con el precio del billete fijado eb 71 euros el viaje, anunció renfe en febrero, en la práctica está resultando bastante más económico. A pesar de que el trayecto en la modalidad "básica" está saliendo a una media de 47 euros y en ocasiones por debajo de los 30, una parte de la población opta por otras opciones como el bus (unos 20 euros por 6 horas de duración) o el coche compartido (unos 25 por 4 horas).
Por último, el PP no olvida el número "irrisorio" de servicios de la conexión Orihuela-Elche-Madrid, cuyas dos opciones al día constratan con las diez que tiene Alicante para ir a la capital. "Pedimos más frecuencias", reclama el PP. "Por la mala gestión y ejecución del proyecto del AVE en Elche, los ilicitanos prefieren viajar desde Alicante”, lamenta el portavoz adjunto.