Como ya sabe el lector, Ximo Puig no ha apoyado (explícitamente) a ningún candidato en las primarias del PSPV-PSOE disputadas en las tres provincias de la Comunitat. El president, en una mezcla de corrección política y de prudencia, al no darle los números, ha optado durante semanas por mantener un perfil bajo, pese a que todo el mundo sabía que su respaldo era para Toni Francés.
Por su parte, Carlos González, como también sabe el lector, ha decidido dar su más enérgico amparo al candidato oficialista Francés, no solo en redes sociales, sino participando en sus actos, como en el del cierre de campaña del pasado viernes en el Espai Ágora de Alcoy, donde llegó a intervenir para pedir el voto para el primer edil alcoyano.
La diferencia entre las posturas de Puig y González es que el primero tiene asegurado su continuidad como presidenciable, por lo que se jugaba poco en este proceso interno, mientras que el segundo, en cambio, ha quedado incluso más tocado de lo que estaba en un PSOE ilicitano donde está prácticamente solo, y el tiempo dirá si hundido, como alcaldable en 2023.
Ahora, visto lo visto, nadie parece entender la estrategia del regidor de Elche. Apoyando a Francés, como ha hecho, no se aseguraba su puesto como cabeza de cartel, una cuestión que debe dilucidar el partido a nivel local. Entonces, ¿a qué ha jugado? Parece que Carlos González ha olvidado que su rival, Alejandro Soler, ya le ganó el pulso en 2018 con un planteamiento similar.
En aquel momento el actual diputado nacional fraguó, a fuego lento, su carrera para con Elche, como ha hecho ahora con la dirección provincial. Entonces, González optó por la retirada y por no plantar batalla directa a la secretaría local, colocando a su única valedora en el consistorio, Ana Arabid, como primera espada. Como estaba previsto, perdió, aunque logró el 40% de los votos.
Soler tiene pensado repetir como secretario local
En la votación del pasado domingo no ha llegado ni al 19%, es decir, que ha perdido parte del poco peso que tenía para los suyos. Por su parte, Soler aumenta sus tentáculos. Porque tras la provincial llegan las primarias locales en verano y en esas, el flamante líder provincial tiene pensado volver a repetir como secretario local, sin que González tenga ninguna opción.
Sus opciones, en cambio, crecen ante la elección de la candidatura municipal que se espera para septiembre u octubre. A merced de su rival, solo le queda presentarse en el partido como la preferida no para el PSOE, que no la es, sino para el votante de centro izquierdas de Elche, debido a que ha sabido, en estos cuatro años, marcar la agenda de la gestión al haber peatonalizado el centro, desenredado y redirigido el proyecto del Mercado Central o finiquitado el hotel de Arenales, entre otras medidas.
Las opciones de Soler para la alcaldía
Sin embargo, Soler tiene que decidir si, como en 2018, le da carta blanca para optar a alcalde por tercer mandato, o si se decanta por uno de sus fieles concejales, que tanto le han apoyado en estas primarias como son Héctor Díez (Limpieza) y Ramón Abad (Seguridad). El primero sigue siendo sinónimo de máxima lealtad y Abad no queda lejos -fue uno de los contrincantes de González en las primarias de 2014.
Pero, teniendo en cuenta que la única mujer alcaldesa en Elche la ha puesto el PP, pese a que, en 43 años de democracia, solo ha gobernado cuatro, dice poco de los socialistas, que han ostentando la vara de mando 39 años.
¿Es el momento de apostar por una mujer? Fuentes del entorno de Soler reconocen que, entre las regidoras, solo verían como "posible" a la edil de Hacienda Patricia Maciá, descartando a las cuestionadas Marga Antón (Cultura) y Puri Vives (Personas Mayores), desgastadas por falta de gestión y varias polémicas; o a María José Martínez (Educación) y María Dolores Galiana (Fiesta) por poca proyección pública.
La disputa hubiera cambiado, señalan otras fuentes internas, si existiera un perfil en la actualidad como el de Encarna Marco, la exconcejala que falleció la semana pasada y cuyo carisma y entrega durante 4 mandatos seguidos tanto se echa en falta en la corporación. Sea como sea, el escenario del PSOE de Elche se antoja tumultuoso como, por otra parte, suele ser habitual. De cómo juegue sus cartas Carlos González, si es que le quedan cartas que jugar, dependerá su futuro, que podría estar más cerca de Madrid que de la plaza de Baix. Lo que parece evidente es que ponerse de perfil, en esta ocasión, era la opción menos mala para seguir teniendo opciones.