El tiempo dirá si la estrategia de Isabel Díaz Ayuso de cerrar la puerta del PP a un referente de Ciudadanos (Cs) como Begoña Villacís ha sido acertado o es sólo una cuestión de egos mal entendidos. En mayo se sabrá. A mí, personalmente, me ha parecido un hecho absurdo e innecesario.

Pero los sucesos de Madrid no necesariamente deben ser exportables a la Comunidad Valenciana donde alcaldes, concejales y asesores de Cs buscan desesperadamente una salida de su actual partido para integrarse en el de Carlos Mazón. Si el PPCV gana las elecciones autonómicas hay sitio para todos.

Otra cosa es que la nueva cúpula de Cs en la Comunidad, encarnada en una expopular como Mamen Peris, esté por la labor de facilitar ese proceso. Y más aún, si un masivo desembarco de cargos de Cs en el PPCV pueda  facilitar el hecho de que los liberales se queden sin gente que incorporar a sus listas.

Esto es algo fundamental para la derecha porque la marca, aunque residual, todavía puede restar votos al bloque ideológico aun no entrando en las Cortes Valencianas, en los ayuntamientos más importantes y en las instituciones. Los votantes de Cs mayoritariamente de centro-derecha, eso nadie lo niega.

Tanto el cargo como el votante de Cs debe preguntarse cuál es el objetivo fundamental en estas elecciones: ¿bajar la carga fiscal de los ciudadanos?, ¿y la de las empresas como la tasa turística?, ¿blindar de una vez por todas agua a un precio razonable mediante un trasvase que certifica la solidaridad entre todos los españoles?, ¿superar la ya sangrante indiferencia que provocamos en los centros de poder de Madrid?...

O más aún, ¿revertir la imposición lingüística de Compromís en la Educación y las Administraciones?, ¿acabar con la falsedad de que sólo puede haber una medicina pública para que no se haga negocio con la salud mientras se hinchan las cuentas de determinados grupos sanitarios privados con miles los pacientes que son derivados a sus consultas y quirófanos?

En estas elecciones municipales y autonómicas vamos a oír hablar mucho del "voto útil" y pronto empezarán las voces que claman que "todos los políticos son iguales y se deben a los mismos interese". Que cada cual piense lo que quiera, pero al final el voto en la urna determinará cómo va nuestro bolsillo y el de nuestros vecinos, nuestras carreteras, nuestros hospitales, los colegios de nuestros hijos, nuestros servicios públicos... 

¿Va la Comunidad Valenciana, su provincia o su ayuntamiento mejor que hace 8 años? ¿le va a usted mejor? Y si la respuesta es positiva pregúntese: ¿le podría ir todavía mejor? Eso, que se lo debe preguntar cualquier votante, es pregunta obligada para el elector y el elegible de Cs.