La consellera de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, Salomé Pradas, ha anunciado que la Generalitat Valenciana construirá un dique de contención para hacer frente a grandes avenidas de agua en la localidad alicantina de San Fulgencio, una obra que ascenderá a unos 3,2 millones de euros que permitirá proteger a los más de 5.000 vecinos que residen en el flanco este del municipio.
Pradas ha visitado el Ayuntamiento de esta localidad junto a la directora general del Agua, Sabina Galindo, y se ha comprometido con su alcalde, José María Ballester, “a impulsar esta infraestructura hidráulica urgente y necesaria en un municipio como San Fulgencio, que fue uno de los más azotados por la DANA que arrasó tal día como hoy en 2019 la Vega Baja de Alicante”.
La responsable de Infraestructuras ha manifestado que la Generalitat “va a poner todas las herramientas a su alcance” para avanzar en la licitación del proyecto mediante un modelo de contrato mixto de reducción del proyecto constructivo y de ejecución de la obra, cuyo montante estimado es de 3,2 millones de euros.
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Pradas ha asegurado que el Consell “va a ir de la mano de los alcaldes y alcaldesas para que el Plan Vega Renhace sea una realidad y atienda a la verdadera naturaleza de su objeto, que no es otra que la de preparar a los municipios ante futuras emergencias y catástrofes como la que sufrieron en 2019”.
Ejemplo de ello, ha añadido, “es la construcción de este polder o dique que impedirá la entrada de agua que, en situación de avenida o de fuertes lluvias, viene elevando su nivel desde el este del núcleo por efecto del remanso que genera la N-332. Una actuación que, en definitiva, reforzará la seguridad de nuestra ciudadanía”.
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Y es que, el 12 de septiembre de 2019, la comarca alicantina de la Vega Baja sufrió una de las mayores catástrofes de su historia. Una fuerte DANA dejó en algunos puntos registros de hasta 543 litros por metro cuadrado en 48 horas. O, dicho de otra forma, cayó el doble de lo que suele llover en todo un año en esta zona semidesértica. Estamos hablando, a su vez, del desastre natural con mayor coste económico de la historia de España, con pérdidas superiores a los 1.300 millones de euros.