La historia del molino harinero de Cox, uno de los pocos 'machos' que quedan en la Vega Baja
Un señor feudal mandó su construcción en el siglo XVII, y desde entonces ha servido como molino, noria, almacén agrícola, hasta convertirse en un museo.
20 agosto, 2021 08:35Noticias relacionadas
El molino de Cox, también conocido como molino 'macho' por sus dimensiones es una edificación del siglo XVII, y una de las pocas construcciones de este tipo que quedan en toda España, y el único restaurado sobre su estructura original. Su origen está vinculado con el 'Señorío de Cox', ya que uno de los terratenientes de la época mandó a construir gran parte de ellos, tras la expulsión morisca de 1609.
Originariamente, el 'macho' fue colocado en la falda de la montaña para recibir correctamente los vientos. Pero, como Cox vivió un crecimiento demográfico considerable durante el siglo XIX, el molino quedó finalmente emplazado en el interior del núcleo urbano.
La edificación fue levantada por obreros castellanos tras la repoblación del municipio, de ahí la similitud de su forma con otros molinos típicos en la zona de Castilla-La Mancha. Durante su funcionamiento, destacó por ser el molino con mayor producción de la zona, ya que abastecía al pueblo de Cox y a las poblaciones de alrededor.
Molino 'macho'
El nombre de 'macho' le viene por sus dimensiones. Aunque desde el exterior tiene forma cilíndrica, su espacio interior forma un tronco de cono invertido de 6 metros de diámetro en la base menor y de 6,20 en la mayor. La altura actual de la obra hasta la base de la cúpula es de 9 metros, más o menos la misma que tenía el original, que en fecha indeterminada, se modificó. La cúpula mide 2,5 metros, por lo que su altura total llega a alcanzar los 11,3 metros. "De tal forma que se suprimieron la cúpulas y los ventanos, convirtiéndolo en una especie de terraza plana, para convertirlo en almacén agrícola hasta su restauración en 2006", explica el agente de extensión agraria y uno de los impulsores del gentilicio 'cojense', Rafael Moñino.
Este molino, además de ser utilizado como mecanismo para moler trigo y otros cereales, ha tenido otros usos a lo largo del tiempo: noria, almacén agrícola, y museo etnográfico en la actualidad. Para ser utilizado como noria, se construyó un pozo bajo él, con el que extraer agua y poder regar el conocido como 'Huerto del Marqués', situado a 50 metros de distancia del 'macho'. La superficie era de tres hectáreas, espacio que actualmente comprenden las calles Madre Matilde, García Morato, Rodríguez de la Fuente y parte de las de Santa Teresa y Santa Inés.
La noria del molino se instaló en el último cuarto del siglo XIX junto a la casona que había al lado del huerto para extraer agua del canal subterráneo que se construyó desde la acequia hasta el huerto. Sin embargo, el propietario del molino no contaba con los derechos de regadío necesarios.
Como el nivel del agua en el canal estaba a unos tres metros por debajo de la superficie a regar, las norias de madera de estilo árabe era inservible, y hubo que instalar la del molino, que funcionaba con ayuda de la fuerza animal. "Los viejos del lugar recordaban todavía su funcionamiento movida por una mula con los ojos vendados, siendo sustituida definitivamente por una motobomba eléctrica, ignorándose en la actualidad cuál fue el destino de la noria", cuenta Rafael Moñino.
El tercero de los servicios de este molino fue el de almacén agrícola, para lo que se terminó cubriendo el pozo y se retiró la noria (cuyo paradero se desconoce). En la actualidad tiene otra función totalmente distinta, la de museo etnográfico. Pues el Ayuntamiento de Cox, en colaboración con la Diputación de Alicante, lo ha restaurado para que vecinos y visitantes puedan acercarse hasta él y conocer algo más sobre su historia.