La pandemia y el confinamiento han hecho que los seres humanos se sientan cada vez más atraídos por la naturaleza y los espacios abiertos. Este hecho se hace notable en actividades al aire libre como excursiones u otras prácticas relacionadas con el exterior. Es el caso del 'birdwatching' o turismo ornitológico, una actividad cada vez más popular.
La empresa ilicitana 'Avanzatour' habla de cómo ha ido creciendo el número de visitantes desde que comenzó la Covid-19. "Lo hemos notado muchísimo tras la pandemia, porque antes el turista era una persona más especializada en la ornitología, y ahora vienen familias o gente que simplemente quiere estar en contacto con la naturaleza", cuenta María Rodríguez, guía de la agencia de viajes.
La provincia de Alicante es el lugar perfecto para convertirse en un verdadero birdwatcher, ya que cuenta con la presencia de importantes humedales y un clima privilegiado. Las lagunas saladas de La Mata y Torrevieja, las Salinas de Santa Pola, el Marjal de Pego-Oliva y El Hondo de Elche son las zonas más importantes.
El Humedal
Avanzatour ofrece rutas guiadas por tres de los humedales, pero en este caso nos centraremos en el Parque Natural de El Hondo entre Elche y Crevillent. La guía ilicitana explica que tanto El Hondo como Las Salinas y la Laguna de la Mata tienen especies muy similares debido a su cercanía.
El Hondo es un paraje natural que comparten las localidades de Elche y Crevillent. Se trata de una antigua albufera creada por la desembocadura del río Vinalopó y desecada casi en su totalidad en el siglo XVIII. Está considerado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) por la relevancia y abundancia de su avifauna, ya que se han contabilizado más de 170 especies diferentes.
Avifauna otoñal
En otoño sobre todo se pueden ver especies de la familia de la anátida (aves migradoras que viven cerca del agua) como son los patos. Las cucharas, el porrón común o el pato colorado, son algunas de las más frecuentes.
El avistamiento de águilas también es algo frecuente en El Hondo. Algunas rapaces como el águila calzada y la moteada, también la pescadora. "Cada vez vienen más y se quedan bastante tiempo", explica María Rodríguez.
La principal razón de que estas aves vuelen hasta El Hondo y el resto de humedales es porque van buscando un sitio cálido donde refugiarse durante los meses más duros de invierno. "El Hondo permite por ejemplo a las pescadoras encontrar comida. Hay una gran cantidad de musgo y carpa en el agua de la que se alimentan. Además, se trata de una zona privada y tranquila, en la que se sienten protegidas", cuenta la guía de Avanzatour.
Las especies están repartidas por las distintas zonas de El Hondo. "En cada uno de los embalses, encontramos diferentes especies porque no todas se concentran en la misma zona ni pueden estar en los mismos embalses", explica.
Para toda la familia
Esta agencia turística ofrece diferentes rutas para visitar El Hondo, algunas para recorrer todo el humedal en bicicleta, otras con una dificultad media, y otras para visitar con toda la familia, incluida la mascota o el carrito con el bebé.
"Es una zona muy agradable para los niños, pero también para la tranquilidad de los padres. No hay peligros y tienen una zona para correr enorme. Además, están aprendiendo".
María Rodríguez habla de cómo han notado la subida de visitantes desde que terminó el confinamiento. Antes, los principales visitantes del parque eran gente especializada en ornitología, y ahora "son familias también".
En El Hondo, todo el mundo es bienvenido, incluso las mascotas. "Hay otra ruta, algo más alejada de los embalses, pero desde la que se puede entrar a los observatorios. La gente incluso se lleva a sus mascotas. Eso sí, siempre atadas para no molestar a la avifauna del parque", concluye desde Avanzatour.