Fue una de las grandes obsesiones del franquismo. La búsqueda de la 'raza hispana', en consonancia con los experimentos que practicó la eugenesia nazi para la supuesta "mejora de la raza", tuvo su réplica en la primera etapa de la dictadura, llegando a emplear a presos republicanos de los campos de concentración españoles en su intento de hallar el 'gen rojo'.
Ahora, un estudio realizado por una investigadora de la Universidad de Alicante (UA) y por un profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, concluye, entre otras cuestiones, que las embarazadas pobres, "la mayoría pertenecientes a las perdedoras de la Guerra Civil", se puede leer en el documento, se acabaron beneficiando de la mejora de la atención médico-infantil que iba destinada no solo a incrementar una natalidad que cayó en picado desde la contienda bélica, sino a "mejorar la calidad" de la descendencia.
En el informe, el profesor de Historia de la Ciencia de la (UMH), Ramón Castejón Bolea, y de la investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA, María Teresa Riquelme Quiñonero, avanzan en las primeras líneas que "el control del cuerpo de las mujeres se convirtió en herramienta esencial de la biopolítica del régimen" entre 1930 a 1950, cuando se investiga la presencia de ideas y prácticas eugenésicas.
Publicado en la revista brasileña História, Ciências, Saúde – Manguinhos SCIELO, ambos autores recuerdan que "fue precisamente el cuerpo maternal el que permaneció como punto central que definió las responsabilidades nacionales de las mujeres españolas en un contexto de alta mortalidad infantil", así como en el descenso de los nacimientos que venía de antes de la Guerra Civil.
"El franquismo consideraba a las mujeres como las principales responsables del porvenir de la raza", se puede leer en el artículo. Cabe recordar que, en aquellos años, y como aparece publicado en la revista científica Ser, se esgrimía que “los caracteres físicos tenían que ser ‘seleccionados’ para asegurar una raza óptima en bien de la Patria”.
En este cometido, fue clave el papel desempeñado en la sanidad pública de entonces -tras la Guerra Civil- dos organizaciones del Movimiento Nacional: el Auxilio Social y la Sección Femenina, explican. Para los dirigentes de Auxilio Social de entonces, la mortalidad de los recién nacidos en 1939 se debía “a la enorme tardanza de las mujeres parturientas en acudir a las maternidades, la escasa competencia de las comadronas, debida en parte a su deficiente remuneración, y las ‘taras fisiológicas’ del feto", en alusión a la tuberculosis, sífilis, diabetes, anemia.
"Degeneración de la raza"
Los investigadores Castejón Bolea y Riquelme Quiñonero exponen que durante las primeras décadas del franquismo se diseñó una estrategia para asegurar hijos libres de la sífilis congénita, y así impedir la ‘degeneración de la raza’ por esta enfermedad.
Según se explica en el estudio, entre las políticas demográficas pronatalistas de la dictadura, basada en la intervención del estado en la reproducción, Auxilio Social dio prioridad en los primeros años -en los que abundaba el hambre- a suministrar alimentos a las embarazadas. "No se puede pensar en una raza fuerte, si los hombres de hoy y las madres de mañana comen malamente”, se decía entonces.
Sin embargo, "la mayoría" de las mujeres lactantes y embarazas, muchas de ellas sin recursos económicos, "acudía a estas consultas", dependientes de los centros de maternología, "porque eso les garantizaba una tarjeta de asistencia para los comedores, donde se les suministraban alimentos “científicos y racionales”, dos veces al día", se puede leer.
Por último, el estudio de la UMH concluye por lo tanto que el incremento de la vigilancia médica prenatal y de la asistencia sanatorial del parto, dentro de las instituciones de Auxilio Social, se vinculó a una disminución importante de la mortalidad materna y de la mortalidad perinatal y neonatal en España.
La organización franquista se centró en los cuerpos de las mujeres más que en los aspectos morales o ideológicos y contribuyó al proceso de medicalización del embarazo y del parto durante las décadas centrales del siglo XX.
Como consecuencia, las mujeres pobres, la mayoría pertenecientes a las perdedoras de la Guerra Civil, se beneficiaron de la mejora de la atención materno-infantil y se incorporaron progresivamente a este proceso de medicalización que luego tuvo su boom precisamente en el baby boom que comenzó en España a mediados de 1950.