Alicante

El 26 de mayo de 1858 fue un día histórico para la ciudad de Alicante por dos motivos: la visita de Isabel II a la ciudad en compañía de la familia real y la inauguración de la primera línea de ferrocarril que unió Alicante y Madrid

Los cronistas Vila y Blanco en su obra 'Isabel II en Alicante' mencionaban por primera vez en sus escritos la palabra turista, por lo que esta visita real supuso un gran impulso al turismo y a la industria hotelera, que hasta ese momento era prácticamente inexistente. 

Según cuenta el periodista Fernando Gil Sánchez en su crónica 'Palacio Municipal y Palacio Real. La visita a Alicante de Isabel II', la monarca y su familia llegaron a la puerta del Ayuntamiento a las 19 horas, momento en el que el lugar se transformó en un verdadero palacio real. En el Tren Real también viajaba el Rey, el príncipe de Asturias, la princesa Isabel María Fernanda y la también Princesa doña Cristina, hermana del Rey. 

Alicante estuvo preparándose durante días para que no faltara ningún detalle durante la visita real. Estamos hablando de una época en la que todavía no se hablaba de turismo y las personas que viajaban se quedaban hospedadas en posadas.

El auge del turismo

El Ayuntamiento decidió poner en marcha una estrategia para atraer a los viajeros. Convocó a todos los propietarios de posadas, fondas y casas de huéspedes para que ofertaran una promoción especial de precios reducidos para hospedaje, comidas y demás servicios para los primeros días de septiembre.

El Salón Azul, creado para recibir a Isabel II en Alicante.

Además, el precio de los billetes también bajó y se organizaron diferentes eventos y actividades como bailes, zarzuelas y corridas de toros "para los viajeros que visitaran la ciudad", tal y como describen en la exposición del Espacio Séneca. 

Los cronistas Vila y Blanco en su obra 'Isabel II en Alicante' mencionaban por primera vez en sus escritos la palabra turista. "Encontramos las primeras referencias del término turista y los preparativos del servicio de diligencias, mensajerías y otros carruajes para viajar por el interior", explica uno de los paneles de la muestra.

En total, tres días se quedó la reina Isabel II visitando la ciudad de Alicante junto a su familia. Según cuenta el periodista Gil Sánchez la reina quedó muy agradecida con el trato que recibió de las y los alicantinos, hasta llegó a decir que no sabía de qué manera podría agradecer tanta atención.

La Plaza de Toros, los Conventos de las Religiosas Capuchinas y Agustinas, el Monasterio de la Santa Faz, el Teatro o la Fábrica de Tabaco fueron algunas de las paradas que no faltaron en su itinerario. Finalmente, el 29 de mayo de 1858 abandonaba la ciudad y se embarcaría en el 'Rey Francisco' hasta su próximo destino: la ciudad de Valencia

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