Alicante

"Cada año se producen alrededor de catorce mil choques de aves contra aviones en los aeropuertos de todo el mundo". Así reciben en el aeropuerto El Altet una exhibición pionera que valora la importancia de los halcones en la seguridad para impedir que los pájaros provoquen accidentes.

David Santacreu Fernández, cetrero y profesor colaborador de la Universidad Miguel Hernández de Elche, es el impulsor de esta muestra. En 2018 inició su colaboración con el aeropuerto de Alicante Elche para poner en valor el papel de los halcones en los aeródromos, coincidiendo con las cinco décadas desde que se empezara a aplicar este método en España.

Baharí es el nombre que se dio a la operación con que se instauró la cetrería en 1968, explica. En aquella época les preocupaba especialmente los problemas que generaban las avutardas y sisones. Como estas eran esteparias, eran muy habituales en el centro del país y en los aeropuertos, señala Santacreu Fernández. "Sus impactos causaban grandes daños así que se buscó su depredador habitual: el halcón".

La influencia de Félix Rodríguez de la Fuente fue fundamental en este proceso. El divulgador que convertía una serie como Fauna Ibérica en un fenómeno televisivo mundial sabía que en algunas bases de Estados Unidos se usaba la cetrería para este objetivo. En el caso de Torrejón de Ardoz, donde lo aplicaron por primera vez, hacer que los sisones se fueran a los exteriores de las pistas.

Respeto animal

"La cetrería es un legado histórico y un acervo cultural que ha llegado hasta nuestros días y ha permitido al hombre acercarse a una de las criaturas más salvajes en la naturaleza, las rapaces". Y eso lo hace "de igual a igual", remarca Santacreu Fernández quien valora que "la nobleza de la cetrería se basa en el respeto mutuo que debe tener el hombre hacia el animal y el animal hacia el hombre".

Santacreu se inició en este modelo desde la niñez, "cuando ya tenía un marcado carácter de naturalista y me fascinaban las rapaces". La capacidad que tenían para alcanzar y derribar a otras, incluso animales en el suelo, "me causó una gran curiosidad y procuré seguirlas en el campo". Y el momento que le cambió fue cuando se encontró leyendo una enciclopedia la foto de un halcón con unas correas de cuero "y me quedé maravillado porque explicaba que el hombre desde hacía siglos había llegado a manejar a las rapaces como arma de caza".

La muestra

El 21 de septiembre se recordará la vinculación de la cetrería con la seguridad aeroportuaria. Ese día la directora del Miguel Hernández, Laura Navarro, recuperará esta historia con la presentación oficial en la que acudirá el coronel Alberto Lens, que es comandante militar aéreo de los aeropuertos de Alicante y Almería, y con la directora del museo Mudic de la UMH, Mari Carmen Perea.

El aeropuerto Alicante Elche es uno de los que en la actualidad sigue manteniendo el sistema que se abrió cinco décadas atrás y que ahora se contrata como un servicio externo mediante concursos públicos.

El Altet cuenta con un equipo de halconeros que manejan a las aves que se encargan de controlar la zona, apunta Santacreu Fernández. Este número, que es variable, está en torno a tres personas que se ayudan por una media docena de aves. En aeropuertos más grandes, como el Adolfo Suárez de Madrid, necesitan más para abarcar más superficie.

Cómo se despliegan

Cuando la torre de control observa la presencia de aves en la pista, indica, se contacta con la halconera. Desde allí se encargan de llevar al halcón, o los que sean necesarios, para que salgan a volar en la zona y así despejar la pista en las maniobras críticas de aterrizaje y despegue.

¿Por qué de todas las rapaces se escoge al halcón? Se buscan porque son ornitófagos estrictos, depredan solo sobre aves, así que infunden más terror sobre las otras, responde Santacreu Fernández. Hay otros aeropuertos, añade, que cuentan con azores u otras rapaces, pero el peso principal recae en los primeros. "Con un vuelo alto, sin cazar, las aves de alrededor saben que es su área y que se meterían en su coto, por lo que habría que pasar lo menos posible".

En la exposición indican que son miles los episodios que se producen anualmente en España. Eso no significa que todos sean significativos. Los impactos de una cogujada o de un vencejo, son impactos menores, que no suelen causar más daño que una mancha en el fuselaje, asegura el experto cetrero. Pero una bandada de estorninos, precisamente por su número elevado sí que podría causar daños de embozamiento en la turbina. "El problema está cuando son de un mayor tamaño, a partir de un kilo de peso", continúa.

Gracias a este control se mantiene en cifras muy bajas los accidentes que pueden provocar los diferentes pájaros que puedan pasar por un aeropuerto. "El uso de la cetrería minimiza el riesgo de colisión", subraya. Es el método más efectivo que se ha encontrado para despejar las pistas. "Se han probado otros sistemas con tecnología, como drones, pero como el miedo ancestral no se ha encontrado nada", concluye.