La mayor de las fiestas para los católicos de la Comunidad Valenciana coincidió con la mayor de las tragedias ferroviarias en el territorio. Así fue la primera visita a España del ahora fallecido papa Benedicto XVI cuando clausuró en Valencia el quinto encuentro mundial de las familias. Y con el evento que vendía la imagen de la ciudad a todo el planeta se destapó el caso Gürtel.
Era el inicio del verano de 2006 y la celebración de esta gran reunión copaba la atención de la sociedad en la Comunidad Valenciana. La expectación por la llegada del papa, elegido en 2005, era muy alta. Benedicto XVI se encargaría de clausurar los días 8 y 9 de julio este evento que celebra la Iglesia cada tres años.
Y una semana antes se produjo el accidente de metro en la céntrica estación de Jesús. A consecuencia de este fallecieron 43 personas. Se convirtió en el peor accidente de metro de la historia de España, un suceso que también terminó siendo investigado, como recoge Efe.
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Hacía más de dos décadas que un papa no visitaba la capital autonómica. La anterior visita había sido la de Juan Pablo II, también días después de otra catástrofe: la rotura de la presa de Tous en 1982 y las inundaciones en la que murieron ocho personas según las cifras oficiales. Décadas después sería este papa quien convocaría el encuentro mundial para celebrarse en Valencia.
A su llegada a la ciudad, el papa Ratzinger acudió a la estación de Jesús para rezar por las 43 personas que fallecieron en aquel accidente. Habían pasado cinco días desde que ocurriera el accidente.
Durante sus dos días de visita el papa estuvo acompañado por los reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. La clausura era una misa multitudinaria en la Ciudad de las Artes y las Ciencias con las que se quería mostrar la imagen de modernidad de la ciudad. Para los actos centrales se construyó un altar rodeado de unas gradas que tuvo un coste de 1,5 millones de euros, según el análisis económico de la Generalitat en 2016.
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Y es que la oposición a esta visita no solo se limitó al colectivo Jo no t'espere (Yo no te espero), formado por entidades sociales, cristianas y en defensa de los derechos de gais y lesbianas, que exhibió pancartas con ese lema y presentó en el Arzobispado 1.500 instancias de apostasía. También se pusieron en duda desde el primer momento los costes del evento, que ascendieron a 22 millones de euros, según la Intervención de la Generalitat que recoge Efe.
Para organizar los actos de esta visita, se constituyó la Fundación V Encuentro, formada por la Generalitat, el Arzobispado, la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia, y sus contrataciones formaron parte de una de las piezas de la rama valenciana del caso Gürtel, abierta en 2013.
En la última etapa de un recorrido judicial de más de una década relacionado con el caso Gürtel, la Audiencia Nacional sentenció el pasado 2020 a penas de hasta 15 años de cárcel a 19 de los 23 acusados por la adjudicación ilegal al Grupo Correa del contrato para el suministro de pantallas, sonido y megafonía que se utilizaron en la visita del papa Benedicto XVI a València con motivo del V Encuentro de las Familias
Se condenó a los principales responsables de la trama Gürtel al considerar probado que incurrieron en múltiples delitos de prevaricación, malversación, fraude, cohecho y blanqueo, entre otros.
En cambio, la Audiencia Provincial de Valencia, que juzgaba los supuestos contratos irregulares por la visita del papa en una causa en la que estaban investigados el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y otros altos cargos, archivó definitivamente la causa en 2021.
Se rechazaron de este modo los recursos que la Fiscalía y la Generalitat Valenciana habían interpuesto contra la decisión de sobreseer en dos ocasiones el caso, que investigaba posibles contrataciones irregulares con la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias.