Alicante

Desde las siete de la mañana del Miércoles Santo se ponen en marcha los miembros de la Hermandad de Santa Cruz de Alicante. Todo tiene que estar a punto para que doce horas más tarde salgan en la que es la procesión más popular de la ciudad.

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    Los bocadillos se preparan desde primera hora de la mañana para los costaleros.

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    Los cofrades suben hasta lo alto del barrio, donde está la ermita de Santa Cruz.

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    Tres de los cuatro tronos están en la placita para su montaje.

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    Cada una de las imágenes se viste con el ajuar completo para la procesión.

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    El trono del Descendimiento se revisa por abajo para comprobar que está todo listo.

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    La imagen de la Virgen de los Dolores sale para subir a su trono.

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    El Cristo Cautivo con el broche especial del Ejército.

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    Los cofrades ajustan los varales con que cargarán el Descendimiento.

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    Los faldones taparán la parte baja de los cuatro tronos.

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    Moncho Riquelme, el hermano mayor de Santa Cruz, ajusta las puntas de varal del Cautivo.

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    Sobre el trono, como en la Dolorosa, se revisan los últimos detalles del ajuar.

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    Los cofrades revisan atentamente el montaje de los tronos.

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    El Cristo Cautivo.

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    El Cristo de la Fe.

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    La Dolorosa es la única en la que las mujeres pueden ser costaleras.

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    Los cofrades en un descanso del montaje de los tronos.

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    La salida del Cristo Cautivo desde lo alto de la ermita.

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    Las estrechas calles del barrio de Santa Cruz obligan a un cuidadoso 'baile'.

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    La salida del Cristo de la Fe en la abarrotada plaza de la ermita.

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    Las calles del barrio y la falda del Benacantil, repletas de público.