Alicante

Alegría y emoción es lo que siente Vicent Llodrá Ruz (Cocentaina, 1995) cuando recuerda que el pasado fin de semana la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja Alicante) lo galardonó con el Premio al Joven Agricultor 2022 por ser un ejemplo de "sacrificio y superación", después de perder prácticamente la totalidad de los olivos y cerezos de su explotación en el incendio de La Vall d’Ebo

El sentimiento de agradecimiento se vuelve agridulce tras recordar el infierno que se desencadenó el pasado 15 de agosto cuando el fuego vistió de rojo la montaña alicantina, calcinando más de 12.000 hectáreas con más de 100 kilómetros de perímetro. Y por el que un total de 1.500 vecinos de diferentes municipios tuvieron que ser desalojados de sus casas.

Una de las zonas confinadas fue Beniaia, la pedanía de La Vall d'Alcalá en la que reside Vicent con su familia desde hace unos años. "Al principio veíamos el fuego de lejos y pensamos que aquí no llegaría", cuenta el premiado a EL ESPAÑOL de Alicante. Pero, vaya que si llegó. Los vecinos del municipio, en el que residen un total de 164 personas, abandonaron sus casas tras recibir la orden de las autoridades, pero los Llodrá no. Como tampoco lo hizo otra familia de la localidad. "Lo teníamos todo allí, no podíamos abandonarlo". 

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Objetivo: "salvar el pueblo"

Alrededor de un 80 por ciento de su explotación agrícola ha quedado calcinada a pesar de los esfuerzos del joven por mantener el fuego a raya, una conducta temeraria que pudo costarle la vida. Cada uno hizo lo que pudo por evitar que el fuego llegara también a las casas de Beniaia; mientras algunos utilizaron los tractores como auténticos escudos, otros trataban de sofocar las llamas con mangueras caseras.

Vicent Llodrá también liberó a varios animales, entre ellos perros y caballos, que habían quedado encerrados en casas vacías: "Se iban a quemar". El joven se enorgullece de haber contribuido a "salvar" el pueblo, ya que según indica "los bomberos llegaron, pero tarde". 

Los bomberos el pasado verano sofocando las llamas del incendio de La Vall d'Ebo.

La familia Llodrá no sabe exactamente a cuánto ascienden las pérdidas económicas, pero, según indica el joven, lo peor son los años de trabajo y sacrificio que se ha llevado el fuego. "Teníamos olivos milenarios que han desaparecido". Vicent ha tenido que buscar otras fuentes de ingresos, y gracias a que lleva años recogiendo leña ahora puede venderla y sacarse un dinero extra.

Como esperanza le quedan las ayudas anunciadas por la Diputación de Alicante, una convocatoria inicial dotada con 150.000 euros para la redacción de los proyectos de obra, a la que se suma otra partida con dos o tres millones de euros, que servirán para ejecutar dichas actuaciones. 

El presidente de Asaja, José Vicente Andreu entrega el premio al joven agricultor a Vicent Llodrá. Asaja

Sin embargo, el agricultor se queja de que ocho meses después del desastre tanto él como otros trabajadores de la zona todavía no han cobrado nada: "Así es normal que mucha gente esté pensando en abandonar", describe.

Desde EL ESPAÑOL de Alicante preguntamos al joven si él también ha pensado en dejar el campo, y aunque confiesa que el pensamiento le ha pasado por la mente, de momento no es una solución que contemple, ya que su pasión por el campo es mucho mayor. "Yo quiero estar aquí, no me quiero ir a ninguna fábrica a trabajar...", concluye Llodrá.