La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria han intervenido un alijo de 117 kilos de cocaína en el puerto de Valencia. La droga se encontraba oculta en la estructura de un contenedor procedente de Sudamérica que contenía fruta.

La operación se realizó a mediados de mayo, según explican a través de un comunicado. La alteración de la estructura metálica de un contenedor llamó la atención de los agentes del cuerpo encargados de la vigilancia. Tras las pertinentes comprobaciones, estos pudieron verificar que efectivamente se trataba de una manipulación con intereses ocultos. En este caso, para esconder 117 kilos de cocaína en su interior.

Los responsables de este alijo habían aprovechado que la carga del contenedor refrigerado es fruta proveniente de Sudamérica y que este se realizaba de forma lícita. Esta es una de las claves que ha dificultado en particular el trabajo de detección, remarcan a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación.

[Hallan 5,5 toneladas de cocaína en un contenedor, el mayor alijo intervenido en el Puerto de Valencia]

Este sistema se denomina gancho perdido o rip off y consiste en utilizar envíos de mercancías de empresas legales de importación mientras que los delincuentes introducen la droga, bien dentro del contenedor, o en su estructura en el puerto de origen sin que los exportadores ni los importadores lo sepan. Eso es lo que complica la labor de investigación ya que "son tantos los puntos en los que se puede meter la droga que hace excepcionalmente difícil que se localice".

Posteriormente, los traficantes recuperan la sustancia en el puerto de destino mientras tratan de ocultar la manipulación del contenedor para así poder evitar los controles aduaneros. De esta forma, intentan beneficiarse del flujo habitual de mercancías legales de importación y exportación internacional.

En este caso, al tratarse de uno de los mayores puertos de comercio del Mediterráneo, las fuentes de la investigación destacan la importancia de poder realizar estas labores de control sin obstaculizar el tráfico legal que en él se ejerce y siga siendo uno de los puntos claves del movimiento de mercancías marítimas en el mundo. "Encontrar una cantidad notable con este método es complicado", apuntan.

Los efectivos de la Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) de la Aduana de Valencia, integrada por componentes del Resguardo Fiscal de la Guardia Civil y funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, trabajan constantemente para detectar este tipo de conductas y descubrir a sus autores. La investigación está abierta porque se trata de un gran grupo criminal que opera transnacionalmente.