El cementerio de Paterna.

El cementerio de Paterna. Laurine Maurice

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Estos son los cementerios más emblemáticos y curiosos de la Comunitat Valenciana: llenos de historia y leyendas

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Con la llegada del Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos, los cementerios de la Comunitat Valenciana se llenan de familias que acuden a visitar a sus seres queridos.

Durante estas fechas, llevan hermosos ramos de flores, recuerdan los momentos compartidos y limpian las lápidas con cariño.

En ese día, los cementerios se transforman en espacios de amor, memoria y paz, alejándose de la imagen oscura y sombría que muchas veces se asocia a la "muerte" por el cine y su léxico.

Aunque la celebración del 1 de noviembre en España no es como la de México, donde se realizan rituales con ofrendas, velas, altares decorados con flores de cempasúchil, papel picado y calaveritas de azúcar, España sigue siendo uno de los países europeos que más importancia otorga a este día para honrar a sus difuntos.

La tradición del Día de Todos los Santos, tal como la conocemos hoy, tiene su origen en el siglo IX, hace casi 1.300 años, con el Papa Gregorio III. Durante su pontificado, entre los años 731 y 741, consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en Roma en honor a Todos los Santos, consolidando así esta celebración.

Desde entonces, cada 1 de noviembre, los cementerios se han convertido en lugares de reencuentro.

En la Comunitat Valenciana, hay varios cementerios que, además de ser espacios para honrar a los seres queridos, guardan una serie de curiosidades y características que han ido adquiriendo con el paso del tiempo y a lo largo de la historia de nuestro país.

Ruta de cementerios

Además de ser un espacio de encuentro entre familiares y difuntos, los cementerios también poseen un notable interés patrimonial e histórico.

Por un lado, destacan por su valor estético, tanto por su integración en el entorno urbano como por el carácter artístico de sus monumentos funerarios.

Estas cualidades reflejan las prácticas antropológicas relacionadas con la muerte y el recuerdo de los fallecidos en cada comunidad.

En este contexto, el Consejo de Europa creó la Ruta Europea de Cementerios, con el objetivo de ofrecer a los visitantes la oportunidad de explorar la memoria local y conocer la historia de estos lugares que han marcado profundamente las ciudades donde se encuentran.

Asimismo, esta ruta permite descubrir el patrimonio cultural de los cementerios a nivel local, nacional y europeo.

Actualmente, la Ruta incluye cuarenta y nueve cementerios distribuidos en treinta y siete ciudades de dieciséis países. Entre ellos, dos se encuentran en la Comunitat Valenciana.

El primero es el cementerio de Sant Antoni Abat en Alcoy, creado tras la grave epidemia de cólera que afectó a esta emblemática ciudad industrial a finales del siglo XIX.

Fue inaugurado en 1885, gracias al trabajo del ingeniero alcoyano Enrique Vilaplana Julià.

Entre sus puntos más destacados se encuentran los impresionantes panteones, las fosas-nicho, el cementerio civil, el pozo de las cenizas, la cruz monumental y una parcela dedicada a los 12 militares fallecidos en un accidente ferroviario el 22 de diciembre de 1922.

El segundo cementerio destacado en la Ruta Europea de Cementerios es el Cementerio General de Valencia, cuyo origen se remonta a 1787.

En ese año, bajo el mandato de Carlos III de España, se implementaron medidas para resolver los graves problemas sanitarios causados por los enterramientos en las iglesias durante el siglo XVIII.

En este cementerio, es posible visitar las tumbas de figuras históricas como el pintor Joaquín Sorolla, el escritor y político Vicente Blasco Ibáñez, y el célebre cantante Nino Bravo.

Otros 

Paterna. Este cementerio es el lugar de la memoria histórica por excelencia de la Comunitat Valenciana.

En este lugar, se ha calculado la presencia de 3.237 víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista, repartidas en 135 fosas comunes, la mayoría de ellas ya exhumadas por la asociación ArqueoAntro desde el año 2013.

En el medio del cementerio se puede apreciar un gran mausoleo con fotografías de las víctimas, rodeadas de banderas republicanas.

Una de las placas conmemorativas de las víctimas de la represión franquista en el cementerio de Paterna.

Una de las placas conmemorativas de las víctimas de la represión franquista en el cementerio de Paterna.

Elche. El cementerio Viejo de la ciudad de Elche alberga una rica historia. Este lugar abrió sus puertas en el año 1811 a consecuencia de la mayor epidemia que ha sufrido la localidad ilicitana, la fiebre amarilla, que se acabó con la vida de miles de habitantes.

La empresa Rutas Misteriosas ofrece una ruta guiada por el cementerio de noche para descubrir las leyendas que alberga este cementerio, así como la simbología de sus estatuas.

Dénia. Aunque ya no existan cuerpos enterrados y queden solamente los restos de algunas lápidas en mal estado debido al abandono y al descuido de las instituciones, la ciudad de Denia abrió en el año 1856 el llamado Cementerio de los Ingleses.

Este lugar se abrió con el fin de enterrar los restos de británicos que perdieron la vida en la ciudad y no podían ser enterrados en el cementerio municipal por no ser católicos.