La Laguna Rosa de Torrevieja es conocida por ser la reina de las redes sociales durante los meses de verano, con numerosas fotos y selfis de los turistas que la visitan. Recientemente, la NAZA también se ha hecho eco de la belleza de este entorno natural, fotografiando su entorno desde el espacio. Sin embargo, aparte de estar prohibido el baño en sus aguas, la Laguna Rosa tiene infinidad de propiedades y funciones más allá de su evidente atractivo estético.
Ya ha quedado demostrado que su color no proviene de ningún milagro ni de ningún producto artificial, sino que su explicación científica reside en que su color se debe a la alta presencia de un microalga llamado Dunaliella Salina, así como de los microorganismos haloarqueas. Esta microalga y estos microorganismos, que solo pueden sobrevivir en entornos con una alta concentración de sal, desprenden pigmentos muy potentes para defenderse de la alta radiación solar y de las altas temperaturas. Un mecanismo de defensa que, al multiplicarse, provoca que el agua se "tiñe" de color rosa.
El biólogo y estudiante de doctorado torrevejense, Guillermo Martínez, lleva años estudiando estos microorganismos y, junto con un grupo de investigadores de la Universidad de Alicante en el marco del doctorado que está cursando, ha descubierto que el microorganismo Haloferax Mediterranei, presente en la Laguna rosa, produce una bacteria llamada bacteriorruberina que tiene una capacidad 300 más antioxidante que otros pigmentos.
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La provocación de estos pigmentos se produce a raíz de una reacción que tiene el microorganismo frente a la radiación solar y permite hacer frente a los "radicales libres", que son moléculas que se acumulan en el interior de las células en procesos metabólicos o producidos por efecto de la radiación solar. Cuando se acumulan en exceso, estos "radicales libres" pueden producir daño en diferentes partes de la célula, una capacidad destructiva que los investigadores de la UA han empezado a estudiar con el objetivo de ver si estos microorganismos tienen una capacidad de destruir células cancerígenas que provocan diferentes tipos de cáncer de mama.
El biólogo se muestra optimista frente a estas investigaciones: "Se ha visto que en los primeros ensayos, la bacteriorruberina es capaz de tener un efecto perjudicial frente a estas células cancerígenas, lo que abre una vía para el diseño de estrategias para el tratamiento del cáncer". Sin embargo, añade que "aún quedan muchísimos años de estudio".
Un entorno único
Aparte de ser un regalo para las pupilas, la Laguna Rosa de Torrevieja es un auténtico tesoro para los científicos. "Se trata de un entorno muy curioso y con un ambiente extremo que dificulta la vida de muchos microorganismos debido a su alto contenido en sal", explica el biólogo.
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Un color rosa que se debe nada más y nada menos a una reacción de los microorganismos halófilos, es decir, aquellos que necesitan grandes cantidades de sal para sobrevivir, que desprenden pigmentos al agua para protegerse del sol. "Los pigmentos que sueltan estos microorganismos actúan como la crema solar que nos aplicamos nosotros, son un mecanismo de defensa frente a la radiación solar", destaca Martínez.
Una reacción a la radiación solar que explica por qué durante los meses de menos sol y menos calor, la Laguna Rosa se tiñe de un color más natural y verdoso, como la Laguna de La Mata, que contiene una densidad de sal menor. "Estos microorganismos, al necesitar grandes cantidades de sal para sobrevivir, solo se encuentran en muy pocos lugares del planeta y no podrían, por ejemplo, vivir en el mar, de aquí que el este último no tiene un color rosa", añade el biólogo.
¿Cuándo y dónde ver la Laguna Rosa?
Según Guillermo Martínez, el mejor momento para disfrutar de la belleza de la Laguna Rosa sería durante los meses de verano, donde su color se ve más "vivo". Durante la temporada alta, la ciudad organiza varios recorridos a bordo del tren turístico, existiendo también una ruta que lleva a las salinas de Torrevieja, adentrándose en sus montañas de sal. Un lugar, según el biólogo, "idoneo" para apreciar el color tan peculiar de la Laguna Rosa.
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Este fenómeno también ofrece atardeceres espectaculares desde otros puntos, como por ejemplo, accediendo a su orilla en la zona del barrio de San Luis o en los entornos del club ecuestre Villa Salada.