Con estas temperaturas que nos roban energía y calorías, apetece encontrar cualquier escapatoria para huir del calor. La mayoría de los turistas que vienen a nuestra provincia suelen decantarse por alguna playa popular de Benidorm o Altea, sin embargo, pocas son las personas que conocen los lugares más remotos de Alicante.

Y precisamente en esos lugares remotos es donde podemos encontrar verdaderas joyas de la naturaleza, como piscinas naturales de aguas turquesas.

Y es que las piscinas naturales de Alicante, aunque menos conocidas que sus playas, son verdaderos remansos de paz en los que darse un buen baño después de una ruta de senderismo transcurriendo por nuestro patrimonio natural.

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Una de las piscinas naturales más bonitas de Alicante es la poza del Salt de Jijona. Aunque se caracterice por su pequeño tamaño, destaca por estar ubicada entre montañas secas, digna de ser comparada con un oasis en medio de un desierto.

La poza se encuentra a unos 20 minutos en coche desde el pueblo de Xixona. Al salir de la autovía, tendrás que transcurrir por un camino de tierra durante dos kilómetros por la carretera CV-7840 antes de llegar finalmente a la poza.

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El barranco en el que se encuentra la piscina natural se caracteriza por ser bastante empinado, así que lo ideal sería llegar a la poza antes de la 13 del mediodía para disfrutar de los rayos de sol en el agua y no encontrarte con una poza oscura debido a la sombra.

Una vez aparcado el coche, tendrás que bajar las escaleras con la barandilla de madera que comienza cerca de un cubo de basura amarillo. Tras andar durante dos minutos, llegarás finalmente a la poza, que no te dejará indiferente.

La pureza del agua de esta poza se debe a que está compuesta por el agua subterránea del Río de la Torre, acumulada en una especie de cuenco gigante hecho de roca, por lo que el agua se suele mantener muy fresquita.

Al no ser muy conocida, lo más seguro es que no te encuentres con mucha gente en la poza, una ocasión perfecta para organizar una escapada tranquila, llevarte tu pícnic y darte un buen chapuzón en el agua fresquita después de pasar calor bajando por las escaleras de acceso a la poza.