Alicante

Acabas de llegar a Alicante para unos días de descanso y entre tanta oferta, no sabes muy bien por cuál visita o actividad decantarte. Nuestra provincia tiene tanto que ofrecer que puede resultar difícil quedarse con tan solo algunos planes si nuestra visita a la zona es breve.

Desde visitas a las playas más espectaculares, hasta excursiones a las piscinas naturales o la visita de museos, Alicante es en verano una auténtica cornucopia de cultura, naturaleza, ocio y diversión.

Además de la maravillosa costa de Alicante que nos regala paisajes únicos, la provincia también aguarda en su interior una gran cantidad de tesoros. En este sentido, estos son los cinco pueblos que tienes que visitar si estás de paso por la provincia.

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Se trata de una ruta en coche de unas 5 horas para descubrir la provincia, probar la gastronomía local y vivir una experiencia única en la Costa Blanca. En esta ruta encontrarás pueblos para todos los gustos, ubicados algunos en la costa y otros en el interior. Una ocasión increíble para conocer de primera mano el patrimonio natural e histórico de Alicante.

Altea

Esta ruta comienza por todo lo alto con una parada en uno de los pueblos más bonitos y pintorescos de Alicante. Situada en la comarca de la Marina Baixa junto a la Sierra de Bernia, Altea es un remanso de paz en el que fusionar un paseo por sus playas de aguas turquesas y un recorrido por sus maravilloso casco histórico con sus calles blancas llenas de vida.

Pasear por sus calles hará que te enamores de inmediato de esta pequeña localidad, llegando hasta la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo con sus típicas cúpulas azules que se han ganado el apodo de "cúpulas del Mediterráneo", debido a poder ser avistadas a kilómetros de distancia.

Calpe

La segunda parada de esta ruta también será junto a la costa. Una localidad que verás desde lejos debido a albergar el Peñón de Ifach, uno de los íconos más conocidos de Alicante, con 332 metros de altura.

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Entre los sitios más destacados de este pueblo destacan la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, la Iglesia Antigua, la Ermita de San Juan de la Cometa, la Ermita del Salvador, el Castillo-Fortaleza, el Torreón de la Pieza, la Torre del Castellet o la Torre del Molí, entre otros.

Además, podrás darte un buen baño en los Baños de la reina mora, un yacimiento romano en el que bañarse en la historia de Alicante.

Jávea

La tercera parada de esta ruta la protagoniza un pueblo costero con abundantes y magníficas playas, en el que encontrarte con aguas cristalinas y las mejores calas de la Comunitat Valenciana. 

Además de disfrutar de sus playas, puedes hacer turismo y conocer sobre la historia de esta localidad visitando la Iglesia de San Bartolomé, la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto o Parroquia del Mar, el Monasterio de la Virgen de los Ángeles, los molinos o varías torres vigía. Además, podrás descubrir los maravillosos entornos del Parque Natural del Montgó y la Reserva Marina del Cabo de San Antonio.

Dénia

En esta ruta no podía faltar la localidad de Dénia. Situado al norte de la comarca de la Marina Alta, Dénia es conocida por tener una amplia oferta de ocio, además de sus atractivas playas y calas que cada vez atraen a más turistas durante el verano.  

Además, podrías presumir de haber aprendido sobre el patrimonio cultural e histórico de esta ciudad tras visitar su castillo, el convento de Nuestra Señora de Loreto, la Ermita de San Juan, la Ermita de Santa Paula, la Torre de la Almadraba, la Torre de Carrals o la Torre de Gerro.

Guadalest 

Hora de subirse de nuevo al coche para poner rumbo a la última parada de esta ruta. Ya en los interiores de la provincia, Guadalest es una localidad preciosa encima de una montaña que ha sido nombrada numerosas veces como uno de los pueblos más bonitos de España.

En esta pequeña localidad podrás visitar el Castell de Guadalest, así como pasearte por sus típicas calles históricas y tener unas vistas increíbles al embalse de Guadalest, cuyas aguas turquesas te dejarán impactado.

Y para terminar el día por todo lo alto, puedes darte un chapuzón en las Fuentes del Algar, y aprovechar el camino de vuelta para subirte a la Cruz de Benidorm y ver un atardecer de película.