Este pueblo de Alicante es el santuario de los gazpachos: una joya culinaria para los días más fríos
- Esta localidad de la L’Alcoià es conocida por este guiso tan tradicional, elaborado con migas de pan, pollo, perdiz o conejo.
- Más información: El Viscayo revela los secretos para elaborar los gazpachos más tradicionales de Castalla.
En los días en que el frío cala los huesos, -que en Alicante son más bien pocos-, y el cuerpo pide un plato reconfortante, pocas cosas son tan gratificantes como recurrir a las recetas tradicionales que han pasado de generación en generación.
En la montaña alicantina, hay un plato que encarna esta esencia de hogar: los gazpachos, una delicia que une tradición, sabor y recuerdos de las cocinas de nuestras abuelas.
Este guiso contundente, elaborado con ingredientes sencillos de la montaña, ha sido durante siglos el sustento perfecto para los agricultores y otros trabajadores del campo.
Los gazpachos son un plato tradicional de la Mancha, aunque en nada se parecen y en nada tienen que envidiar a la receta alicantina. Esta receta mezcla trozos de torta, carne de caza y especias, cocinados lentamente hasta lograr una combinación única con una aportación extra de energía para todo el día.
En Alicante, existe un lugar que ha hecho de los gazpachos su símbolo gastronómico. Se trata de Castalla, parada obligatoria para los amantes de la buena mesa. En este pintoresco pueblo de L’Alcoià, los gazpachos alcanzan su máxima expresión, convirtiéndose en una joya culinaria perfecta para los días más fríos.
El 'Gaspatxo'
En Castalla, la gastronomía no es solo cuestión de sabor, es una experiencia para los cinco sentidos. Esta encantadora localidad alicantina, históricamente agrícola, ha transformado los productos de su tierra en auténticos manjares culinarios. Su plato estrella, el 'Gaspatxo', es el mejor ejemplo de ello.
Comer gazpachos es mucho más que alimentarse, es toda una experiencia. La receta, tal y como recoge el Ayuntamiento de Castalla, requiere paciencia y maña. "Combina tortas ácimas desmigadas, carne abundante, setas, caracoles y el toque mágico de la pebrella, una hierba aromática que da al plato su carácter único".
El espectáculo comienza al servir los gazpachos sobre una torta cocida al fuego. La mesa se llena de risas, vino tinto y el imprescindible alioli. Y como broche final, torta con miel y un vaso de infusión de tomillo silvestre, una despedida dulce y reconfortante.
Pero Castalla no vive solo de gazpachos. Destacan también otros platos como la borreta de bacallar o el arròs amb conill.
En esta localidad, hay algunos restaurantes que son de parada obligatoria para degustar unos buenos gazpachos. Entre ellos, destacan: Casa Paqui, el Viscayo y el restaurante Nou Trinquet.
Restaurante Casa Paqui
En pleno epicentro de la ruta de los gazpachos, en Castalla, se encuentra el Restaurante Casa Paqui, un establecimiento que abrió sus puertas en 1994 bajo la dirección de Matías Juan Rico. Aunque sus gazpachos son una auténtica maravilla, el menú no se queda ahí: las paellas de montaña y la perdiz "en salsa de mi abuela" también conquistan paladares.
Mesón El Viscayo
Con raíces que se remontan a 1972, este emblemático restaurante de Castalla comenzó como un modesto bar de tapas y ha crecido hasta convertirse en un referente local. Mari, la cocinera, mantiene viva la tradición, preparando platos como los gazpachos al estilo clásico de les graelles.
Una visita al Mesón El Viscayo no estaría completa sin fijarse en su característico embutido colgando del techo o disfrutar de los trucos de magia que el padre de Mari sigue ofreciendo para amenizar las comidas.
Restaurante Nou Trinquet
Nuestra última parada gastronómica en Castalla es el Restaurante Nou Trinquet, ubicado en la carrer de les Eres. Aquí, los platos se preparan respetando las recetas más tradicionales, siempre en generosas raciones que no dejan a nadie con hambre.
Si decides probar sus famosos gazpachos, no dudes en acompañarlos con un plato de pata de pulpo a la brasa, una de las especialidades más recomendadas.