Una de las calles de la localidad.

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El pueblo más bonito de Alicante para visitar este mes de enero: una auténtica joya llena de colores

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Al estar menos concurridas que en verano, el invierno se convierte en la época ideal para visitar todas aquellas localidades de la provincia de Alicante y dejarnos sorprender por su encanto.

Y es que el invierno tiene algo especial en la costa de Alicante, pudiendo dar largos paseos a orilla del mar con la compañía de algunos rayos de sol tímidos propios de la época del año.

En este sentido, Villajoyosa, con su esencia mediterránea, se convierte en un destino imprescindible para quienes buscan una escapada llena de serenidad y belleza.

Conocida como "La Vila", este encantador pueblo costero elegido como el más bonito de Europa para viajar en 2024, nos recibe con una explosión de colores que parece desafiar los días más grises del invierno.

Un paseo único

Caminar por el casco antiguo de Villajoyosa es como sumergirse en una postal viva. Las fachadas de las casas, pintadas en tonos vibrantes de azul, amarillo, rosa y verde, se alinean a lo largo del paseo marítimo y las estrechas calles del centro histórico.

Según cuenta la tradición, estos colores permitían a los pescadores identificar sus hogares desde el mar, incluso en días nublados. Hoy, esos mismos colores nos regalan una atmósfera cálida y acogedora, perfecta para explorar sin prisas.

Chocolate e historia

Villajoyosa no solo es famosa por sus casas de colores, sino también por su tradición chocolatera, que tiene raíces profundas en la historia de la ciudad. Un invierno aquí no está completo sin una visita a una de sus fábricas de chocolate, como Chocolates Valor o Chocolates Pérez, donde el aroma del cacao envuelve los sentidos.

Playas tranquilas

Aunque las playas de Villajoyosa son un reclamo en verano, en invierno se transforman en espacios de calma y contemplación. La playa del Centro y la cala Racó del Conill son ideales para pasear mientras el sonido de las olas nos recuerda el ritmo pausado del Mediterráneo en esta estación.

Si buscas algo más aventurero, los senderos cercanos te invitan a explorar paisajes de acantilados y vistas espectaculares.

Gastronomía

La cocina de Villajoyosa es otro de sus grandes atractivos. Este invierno, déjate seducir por sus platos marineros, como la olleta de blat (un guiso tradicional de la provincia) o el arroz a banda, que cobran un sabor especial cuando se disfrutan en restaurantes frente al mar. La frescura de sus ingredientes y la tradición que envuelve cada receta hacen que cada bocado sea un auténtico homenaje a la cultura local.

En definitiva, visitar Villajoyosa en invierno es experimentar la calma del Mediterráneo en su máximo esplendor. Aquí, los días transcurren entre paisajes pintorescos, sabores auténticos y una sensación de paz que resulta difícil de encontrar en otro lugar.