“Es peligroso el uso de lentillas en aguas dulces que no estén cloradas, ya que el riesgo de adquirir una infección corneal es muy elevado”, afirma el director de oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), Jorge Luciano Alió.
El catedrático habla sobre los riesgos más frecuentes para los ojos en verano: el sol, los agentes irritantes como el cloro de las piscinas o el agua salada, así como otros factores que pueden crear infecciones o alergias en los ojos.
También da algunas claves para su prevención, como el uso de gafas de sol con protección ultravioleta total, anteojos de natación a la hora de sumergirse en el agua o el baño exclusivo en playas con bandera azul, lo que garantiza la higiene de estas aguas.
Cómo protegerse del sol
El sol es uno de los factores de riesgo para los ojos durante el verano. En concreto, la intensidad de la luz solar y sus rayos ultravioleta pueden afectar a la conjuntiva y en particular, es causante de patologías oculares. En cuanto a las lesiones que se pueden producir a lo largo del tiempo son las de tipo macular. Por otro lado, también aumentan las posibilidades de padecer cataratas.
Para prevenir este tipo de patologías, Jorge Luciano Alió recomienda el uso de gafas adecuadas de sol. "Recomendamos en verano el uso de gafas de sol con protección ultravioleta total (grado C) con oscurecimientos de tipo gris oscuro. Para los que usan gafas de hipermétrope pueden ser tal vez mejor en tonos verdosos, y para los que son miopes en tonos amarillentos o ámbar", afirma.
Pero el catedrático advierte que si se usan gafas de sol de mala calidad, sin una protección ultravioleta adecuada, se puede producir el efecto contratio, "por lo que se agravaría el daño causado por la penetración de esta luz en el ojo".
Esto se debe a que el oscurecimiento de los cristales de la gafa favorece una mayor apertura de la pupila y con ello una entrada masiva de ultravioleta, mucho peor que si no se llevaran gafas. Jorge Luciano recomienda "comprar siempre las gafas en establecimientos que acrediten que los productos siguen la normativa legal vigente para el cuidado de los ojos y que tengan marca CE auténtica".
Cómo protegerse de la irritación
En cuanto a la irritación causada por agentes ambientales, como el agua o el viento, el especialista en oftalmología también recomienda aliviar y prevenir mediante unas buenas gafas de sol.
En verano son típicos los chapuzones en la piscina para refrescarse, pero hay que tener en cuenta que no todas las piscinas mantienen su agua limpia, por lo que Jorge Luciano recomienda siempre "el uso de gafas de buceo o anteojos de natación para momentos de baño con períodos de tiempo prolongados".
Pero el agua de las piscinas no es la única que se libra de los peligros de la irritación, ya que el agua del mar puede ser igual de perjudicial cuando está sucia. Por lo que se recuerda que una buena forma de asegurarse sobre el estado del agua es fijarse en su bandera, el color azul indica que está limpia, reduciéndose así el riesgo de irritación.
"No obstante, hay que recordar que el agua de mar, si no es en exceso salina, es buena para los ojos en general por su elevada osmolalidad. Contribuye así a lavar la conjuntiva del exceso de grasa o de contaminantes", afirma el director de oftalmología de la UMH.
Por último, también habla de las gafas de sol y su utilidad contra el viento y agentes ambientales como el polvo, tan frecuentes en algunos ambientes con arena. Además, aportan un confort extra a la protección.
Cómo prevenir las alergias
Las conjuntivitis infecciosas son una de las afecciones más frecuentes y suelen tener su origen en las piscinas, como consecuencia del baño de personas afectadas por determinadas conjuntivitis virales o si las condiciones higiénicas del agua no son las adecuadas. Por esta razón, es tan importante "la cloración adecuada del agua o su filtraje con luz ultravioleta para eliminar los gérmenes de la misma", recomienda.
Por lo general, las piscinas públicas en España tienen un buen mantenimiento. Sin embargo, Jorge Luciano advierte que es conveniente tomar precauciones en casos donde el baño se localiza en aguas dulces cerradas, como lagos o ríos.
En cuanto a los usuario de lentillas, Jorge Luciano habla del peligro que supone llevarlas durante el baño, sobre todo en aguas dulces o piscinas. "Los usuarios de lentillas no deberían utilizarlas para bañarse en aguas dulces que no estén cloradas, ya que el riesgo de adquirir una infección corneal es muy elevado. En concreto, el riesgo se eleva a 1 entre 2.000 usuarios, por año", advierte el oftalmólogo.
De hecho, la queratitis (inflamación de la córnea) es una de las patologías más frecuentes que complica el uso de lentes de contacto. A esto se añade la gravedad de la queratitis, que puede causar cicatrices corneales y hasta ceguera corneal solo tratable, por lo general, con un trasplante de córnea.
Por último, Jorge Luciano Alió recuerda la importancia de "cuidar nuestros ojos en verano, tomando las medidas preventivas adecuadas". En resumen, no usar lentillas durante el baño en aguas dulces o en piscinas, y protegerse del sol con las gafas adecuadas, son los principales consejos para proteger la salud visual.