Alicante se ha convertido en la ciudad de la esperanza para numerosas familias de toda España cuyos hijos menores con autismo no cuentan con un diagnóstico definitivo o ni siquiera con un diagnóstico en firme. Gracias al convenio entre la asociación nacional Movimiento Azul y el Instituto Alcaraz, 18 niños y niñas de diferentes rincones del país han podido recibir un diagnóstico firmado por la psicóloga clínica Sheila Alcaraz, sin coste por los cuatro días que requiere el centro, como máximo, para determinar el grado de este trastorno psicológico.
Como explica la presidenta nacional de la asociación sin ánimo de lucro, un diagnóstico temprano, entre el año y medio y los 6 años, es fundamental para comenzar las terapias puesto que es cuando existe mayor elasticidad cerebral. Sin embargo, el sistema de salud público tiende a "demorar" la valoración del menor. "Te piden que tengas paciencia, que tu hijo todavía es muy pequeño, mientras pasa el tiempo", lamenta Montse Sánchez, la presidenta.
Ella lo sabe bien, que ha vivido esta situación con sus dos hijos varones, de 8 y 6 años. Cuando estaba viviendo en Alicante (ahora reside en Barcelona), esta madre optó por llevarlos al Instituto Alcaraz y pronto empezó a obtener respuestas a sus dudas. Como Sánchez, explica, existen numerosos padres que se encuentran con la falta de especialización y sensibilización del sistema público en un momento tan delicado.
"En mi caso me ayudó no solo en diagnóstico, también en el apoyo emocional de los trabajadores", avanza. "El proceso de luto que sufre la familia a la hora de abordar esa información que te viene como una bomba no existe en el sistema público", del que dice que sí que les atiende, "pero que lo alarga en el tiempo". "Vas perdido, no puedes pedir la ayuda de la Dependencia ni sabes qué tipo de terapia necesita tu hijo y lo único que te dicen que es tengas paciencia", agrega.
La pandemia lo agravó
Si la sanidad pública es lenta per se, la pandemia y el consiguiente colapso sanitario no han hecho más que demorar el diagnóstico de diferentes campos, desde el cáncer al autismo. En ese contexto es en el que Montse Sánchez decide "hacer algo", y ese algo para lograr un convenio para reducir los gastos de las familias que, desesperadas, pidan viajar a Alicante para ser atendidos en el Instituto Alcaraz.
Así, de las 18 familias de rincones de Galicia, Santander, Bilbao, Murcia o Barcelona dos han recibido sendas becas que les cubre prácticamente todos los gastos, desde el diagnóstico en el centro privado al alojamiento en Apartamentos Alidreams, cuyas instalaciones están próximas al Instituto Alcaraz. Para el resto de familias y para las que se esperan los próximos meses, también pueden alojarse en estas viviendas con un descuento.
Precisamente con la crisis sanitaria por la Covid-19 hubo varias denuncias de padres a cuyos hijos habían prohibido entrar en comercios o autobuses sin mascarilla. Pese a que el gobierno decretó una excepcionalidad para las personas que padecen este trastorno y otros, estos incidentes denotaron la falta de concienciación que existe en la sociedad con el autismo, recuerda Sánchez.
La Asociación Movimiento Azul ha promovido desde entonces que los comercios y establecimientos públicos se adhieran a su campaña para colocar un pictograma del servicio (que pueden descargar en su web) de cara a facilitar a los menores y adultos con autismo su bienestar en esto espacios.