Los profesionales de Atención Primaria de la Comunidad Valenciana se sienten "infravalorados", con una carga excesiva, masificación de las consultas y un exceso de burocratización y, como áreas de mejora, reclaman una mejora de las condiciones laborales, despolitizar la gestión de ese escalón de la sanidad e incrementar los presupuestos. También aseguran que se han sentido "abandonados" durante la pandemia.
Así lo constata el 'Informe de situación de la Atención Primaria en la Comunitat Valenciana', elaborado para la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFiC) y que pretende contribuir a la renovación de este nivel básico e inicial de atención sanitaria.
Respecto a los principales problemas de la Atención Primaria, afirma que el primero tiene que ver con "la escasa valoración" que "desde hace años" tienen los profesionales, tanto por parte de las instituciones como del ciudadano, en el caso de este último "especialmente a raíz de los problemas causados en el ámbito sanitario por la actual pandemia".
También denuncian las condiciones laborales de los profesionales de este escalón de la sanidad, con "contratos precarios, sobrecarga de las consultas, exceso de tareas burocráticas y falta de medios", así como "plantillas descompensadas, una cartera de servicios obsoleta y falta de liderazgo" y problemas presupuestarios con "recortes constantes del gasto".
Según el documento, la desmotivación interna del colectivo y las dificultades que encuentra el ciudadano para su atención tiene mucho que ver con las "pésimas condiciones" en las que tienen que realizar su trabajo.
"Desde la situación de carga excesiva de los profesionales, masificación de las consultas, esperas de los pacientes, escasez de personal cualificado, o el exceso de burocratización, todo tiene que ver con la escasez de recursos, con el descenso del gasto sanitario que está socavando la sanidad pública", afirma.
Cómo áreas de mejora, los profesionales apuntan al impulso de acciones para recuperar la ilusión de los profesionales, mejorar las condiciones laborales y la dotación de plantillas, desburocratizar las consultas, despolitizar la gestión de la Atención Primaria e incrementar los presupuestos.
No obstante, respecto a la satisfacción de los usuarios con el sistema sanitario y la atención que reciben, entre el 43 y 47 % tiene una percepción de "sobresaliente", y en el caso de la Atención Primaria el porcentaje de ciudadanos que la consideran "mejor o mucho mejor de lo esperado" oscila entre el 88 y el 98 %, según datos de la Conselleria de Sanidad recogidos por SoVaMFiC.
Sentimiento de abandono
El informe indica que, durante la pandemia, la percepción unánime es el "sentimiento de abandono de unos profesionales a los que no se ha apoyado suficientemente, ni en el inicio ni a lo largo de la pandemia, y a los que no se ha consultado para ninguna toma de decisión. No ha habido comunicación con los sanitarios, que son los primeros en percibir lo que está ocurriendo".
También se critica que cuando durante la pandemia se han presentado datos sobre su evolución, "raras veces se habla de cómo ha sido la respuesta de la Atención Primaria a esta situación" y los indicadores "son siempre contagios, fallecimientos, hospitalizaciones y vacunación".
"Parece que se nos olvida que la Atención Primaria ha sido la primera línea de batalla contra esta pandemia, desde la atención de sintomáticos, el rastreo de contagios, la vacunación y, por supuesto, las labores de información o sensibilización", afirman en el informe.
Todo ello, añaden, "sin contar que el personal de Atención Primaria ha sido también el primero en verse expuesto a la cadena de contagios de la enfermedad".
Para atender "con calidad y equidad" a los pacientes covid y no covid, los profesionales proponen la "recuperación óptima de pacientes demorados", la recuperación de pacientes “desaparecidos” del radar sanitario y el manejo y seguimiento de pacientes crónicos; el desarrollo de mayor proactividad y mejor prevención de factores de riesgo y la preparación y refuerzo en los sistemas de salud.
Según señala el informe, con datos hasta 2018, la población cubierta por el SIP ha descendido en los últimos 10 años en más de 200.000 personas y la tasa de centros de salud y consultorios locales es de 17 por cada 100.000 habitantes (frente a los 28 de la media nacional) y el gasto en Atención Primaria ha descendido.