El nuevo conseller de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Miguel Mínguez, hereda de su antecesora, Ana Barceló, la peor situación sanitaria de las últimas décadas. Pero sobre todo, la peor relación entre los sanitarios -especialmente los médicos y en Alicante- y la Conselleria, después de que Barceló haya impuesto sus políticas sin consenso.
Pero Mínguez no tendrá los tradicionales 100 días de margen. En una semana, el próximo jueves, tiene que comparecer en las Cortes Valencianas para exponer su proyecto a un escaso año de las elecciones autonómicas (si no se adelantan) y con dos meses estivales por delante.
Y de nada le va a valer incidir en asuntos como la Atención Primaria y la Salud Mental, que son sólo dos aristas del poliédrico problema de la sanidad valenciana. Por el momento, sólo se le conocen estas intenciones: "Vamos a trabajar intensamente para impulsar el nuevo modelo de Atención Primaria, reforzar el área de la salud mental, mejorar las infraestructuras sanitarias, y trabajar por y para los profesionales, ya que son la pieza fundamental del sistema sanitario".
Los dos últimos problemas, de ayer mismo, son las situaciones del hospital de Vinaròs en Castellón y del CICU. Según informó ayer el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana, el servicio de Psiquiatría de Vinaròs "está totalmente desprovisto de psiquiatras ya que en estos momentos solo hay un profesional en activo pero exento de guardias".
El caso de Vinaròs
Y añaden: "Dos compañeros han renunciado al contrato y el resto ausente por diversos motivos legales. Ante esta situación el jefe de sección dimitió el pasado 6 de mayo ante la grave situación que padece la Unidad de Salud Mental del Hospital de Vinaròs".
Ayer también, los trabajadores de los CICU de Alicante y Castellón exigieron al conseller que rectifique la decisión tomada por Barceló de centralizar el servicio en Valencia y dejar a las dos provincias sin emergencias. Otra de las heridas sangrantes de la sanidad valenciana que tiene que afrontar Mínguez. El 24 de mayo se ejecuta el hachazo al CICU de Castellón y el de Alicante no tiene fecha, pero sí voluntad política de llevárselo a Valencia.
En el General de Alicante y el Comarcal de Sant Joan, los sanitarios están agotados y sin embargo tienen los peores datos de listas de espera de la Comunidad. En La Vila, comarcal de la Marina Baixa (el que da servicio a Benidorm), han tenido que suspender las consultas externas de Pediatría por falta de personal.
En Torrevieja, las Urgencias están en una situación insostenible y personas de hasta 89 años de edad se ven obligados a permanecer en espera más de 11 horas para ser atendidos. En la UCI de ese mismo hospital han firmado una carta todos los trabajadores del servicio para que se quiten camas porque no pueden atenderlas. También, se ha pedido que se suspenda la formación de los MIR.
El pasado mes de abril, en el hospital comarcal de Alcoy dimitieron 25 supervisores por los problemas de personal con los que se encuentran diariamente. Y acusaron a la Conselleria de tener unos servicios "totalmente insuficientes para ofrecer una atención digna y de calidad".