Una empresa filial del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (PCUMH) de Elche desarrolla una tecnología para prevenir y diagnosticar "de manera efectiva" el denominado Síndrome del Ojo Seco, una enfermedad que "afecta a entre un diez y un veinte por ciento de la población mundial", según un comunicado del PCUMH. Picor, escozor, cansancio visual o visión borrosa son algunos de los principales síntomas que provoca el Síndrome del Ojo Seco.
Esta enfermedad se da cuando los ojos no producen suficiente cantidad de lágrimas para mantenerse hidratados. Con el objetivo de diagnosticar y prevenir esta enfermedad, la firma Tearful, del PCUMH, ha desarrollado el dispositivo i-Onion, que "permite determinar la capacidad máxima de lacrimación del ojo, siendo este dato un indicador efectivo" para saber "si la persona sufre esta enfermedad o el riesgo que tiene de padecerla", señala la nota de prensa.
Según el asesor científico y cofundador de la compañía, Carlos Belmonte, esta enfermedad es más frecuente en gente mayor, aunque puede aparecer a cualquier edad o verse acentuada por diferentes motivos. Entre ellos, el empleo prolongado de lentillas o el uso continuado de pantallas, ya que cuando estamos frente a este tipo de dispositivos se suele parpadear menos de la mitad de lo normal.
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En la actualidad, indica Belmonte, no existen herramientas diagnósticas efectivas para determinar con certeza si un paciente presenta este síndrome, tiene probabilidad de desarrollarlo o podría sufrirlo como consecuencia de elementos como las lentes de contacto. Es por ello, subraya, que "i-Onion es una tecnología única en el mercado".
Este instrumento consiste en un innovador sistema de emisión de pequeñas cantidades de CO2 purificado, un compuesto gaseoso inocuo para el ser humano.
Durante varios segundos, el dispositivo dirige una corriente de este gas al ojo, estimulando al máximo la superficie corneal y generando un "efecto cebolla", con lo que se consigue una máxima secreción refleja de lágrimas.
Posteriormente, a través de una tira reactiva, se recoge la muestra y se analizan diferentes parámetros. Con esta información, el profesional puede determinar si la persona padece este síndrome o si tiene probabilidad de desarrollarlo. La innovación de este dispositivo radica no solo en el gas, del que se han estudiado y certificado científicamente parámetros que van desde la medida, el flujo o la presión, sino también en su diseño.
"La forma original del i-Onion era bastante diferente a la actual. La gente suele ser bastante aprensiva cuando le acercan algo a los ojos, por lo que decidimos apostar por un diseño que fuera ergonómico y eficaz, a la par que transmitiera cierta tranquilidad al paciente", explica el director ejecutivo de la empresa, Diego Belmonte. Revela que "actualmente el diseño es similar a las cámaras antiguas Súper 8, una singularidad que, además, le confiere un aspecto muy llamativo".
El sistema i-Onion, además, es portátil, por lo que puede emplearse sin necesidad de conectarlo a una fuente externa de gas ni a la corriente eléctrica: no requiere de ninguna infraestructura específica, lo que permite su uso de forma ambulatoria.