El papa Francisco se ha abierto este lunes a visitar España y la ciudad de Zaragoza en un futuro. Lo ha hecho durante una audiencia privada en el Vaticano con el presidente de Aragón, Jorge Azcón; la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, en la que también han hablado sobre la situación actual de Venezuela y de la figura del Papa Luna.
Este mes de octubre se cumplirán 40 años de la visita de Juan Pablo II a la capital aragonesa, aniversario que las instituciones aragonesas querrían celebrar con un el actual Papa en Zaragoza. Conscientes, sin embargo, de que resulta prácticamente imposible por una cuestión de calendario, Chueca ha pedido al santo Padre que haga llegar una bendición en vídeo a los zaragozanos que se proyectaría durante las próximas Fiestas del Pilar. “Sería un honor y un privilegio”, ha dicho la alcaldesa.
Las instituciones confían en que su invitación “sincera y efusiva” pueda fructificar en el futuro. Y aunque el santo Padre tiene previsto visitar España, su intención es empezar por países “más pequeños” de la Unión Europea.
El Papa se ha mostrado “cercano, agradable y cariñoso” durante el encuentro, según ha explicado Azcón. Los asistentes han puesto sobre la mesa cuestiones que afectan directamente a la tierra como el reconocimiento del Papa Luna o la situación de los bienes eclesiásticos en conflicto con Cataluña. “También hemos abordado otros temas importantes sen el mundo como el fraude electoral que se ha producido en Venezuela. Es muy difícil prever cuál va a ser el resultado final, pero hay preocupaciones que nos unen desde Zaragoza y Aragón con lo que ocurre en Hispanoamérica. Hay que recordar que la Virgen del Pilar es la Virgen no solamente de nuestra comunidad autónoma, sino de la Hispanidad, de ahí que sintamos muy de cerca los problemas que ocurren en Hispanoamérica”, ha señalado Azcón.
“Que no haya democracia plena, que en Venezuela hoy no se respete el resultado de las elecciones no va a mejorar la vida de la gente y eso evidentemente le preocupa al Papa, porque al Papa lo que le preocupa son los problemas cotidianos de todas las personas”, ha completado.
En lo que respecta a los bienes en disputa, el Pontífice ha sido “absolutamente sensible” y ha recordado que “los cauces procedimentales por los que se tienen que resolver esos conflictos son los establecidos”. Y sobre el Papa Luna, ha señalado que “es la Congregación para la Fe la que tiene que avanzar en los trabajos de la Iglesia”. “Nos consta que se está actuando para que finalmente su figura pueda reconocerse y lo tengamos dentro del acervo de la Iglesia Católica y como otro de los símbolos de nuestra comunidad autónoma”, ha agregado el presidente aragonés.
Para la alcaldesa, esta ha sido una visita “muy emocionante”. Entre otros presentes, ha entregado al Papa una talla de la Virgen del Pilar y un libro de la escritora Irene Vallejo, nombrada hija predilecta de Zaragoza en 2019, así como jamón de la tierra. “Sabemos que le gusta y así también damos a conocer nuestros productos”, ha comentado.
Mientras, el líder regional ha obsequiado al Santo Padre con un manto bordado que la pasada semana fue bendecido y colocado sobre la imagen de la Virgen del Pilar. Se trata de una pieza que contiene mensajes vinculados al Papa y a Aragón: el escudo heráldico de su pontificado, los colores heráldicos de España, Aragón, Zaragoza y la Compañía de Jesús y detalles que simbolizan el río Ebro, la estrella mudéjar de Teruel, la albahaca de Huesca o el mapa de la Comunidad. También están reflejados los colores de Argentina, país de nacimiento del papa Francisco, y del Vaticano.
El manto iba acompañado, además, por una pequeña publicación manuscrita por el padre Jesús María Alemany, presidente de honor del Seminario de Investigación para la Paz, y un diploma artesanal firmado por el presidente de Aragón con contenidos alusivos al Papa.
A todos estos obsequios se une el aguamanil de cerámica de Muel, elaborado en el taller de dicha localidad, que le ha dado el arzobispo de Zaragoza. En el jarro se puede ver un buen pastor y en la palangana el escudo y el lema de Francisco, todo con la decoración típica de esta escuela de cerámica. "El Santo Padre ha sido muy fraternal y agradable, ha mostrado el cariño que tiene a nuestra tierra, y hemos recordado lo que supuso la vista de san Juan Pablo II a Zaragoza hace 40 años", ha querido destacar Carlos Escribano.
El Pontífice, por su parte, ha entregado al presidente Azcón como cabeza de la delegación aragonesa una reproducción de uno de los relieves que ilustran la puerta central de la basílica de San Pedro en el que aparecen las imágenes De San Pedro y San Pablo. Además, le ha obsequiado con un rosario, una medalla conmemorativa del Vaticano y cuatro libros: la encíclica ‘Laudato si’ y las exhortaciones y las exhortaciones ‘C’est la confiance’, ‘Querida Amazonia’ y ‘Christus vivit’.