Los tomatazos y ambiente festivo del Cipotegato dan comienzo a las fiestas de Tarazona
El consejero de Medio Ambiente y Turismo asiste a la celebración y anima a visitar la localidad.
27 agosto, 2024 13:32Tarazona está de fiesta. El rojo de los tomates y el azul de los pañuelos han llenado esta mañana la plaza y las calles de la localidad. El Cipotegato ha vuelto a salir, ha vuelto a correr, y ha vuelto a llegar a lo alto del monumento levantado en su honor.
Hasta el 1 de septiembre hay actividades para todos los públicos y para todos los gustos. Jota, vaquillas, fiesta de la espuma, verbena... Tarazona se vuelca es sus fiestas. Principalmente el 27 y 28 de agosto por se las fechas más señaladas. La primera el día del Cipotegato, y la segunda el día de la fiesta mayor: San Atilano, Hijo y Patrón de Tarazona.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, ha asistido a la celebración del Cipotegato en Tarazona, una fiesta declarada de Interés Nacional. Blasco ha agradecido la invitación del alcalde y puesto en valor la fiesta de interés turístico nacional: "Se está trabajando bien para que esta fiesta sirva como reclamo para visitar Tarazona durante todo el año. Uno de sus puntos importantes es la catedral de Tarazona, el conjunto mudéjar, o visitar la judería. También se puede visitar el Moncayo y dar un paseo por uno de nuestros parques naturales" ha señalado, concluyendo que: "La comarca de Tarazona y el Moncayo son uno de los principales atractivos turísticos en la provincia de Zaragoza y en Aragón y por tanto como consejero de gobierno tenía que estar aquí apoyando a la fiesta y al ayuntamiento".
Origen de la fiesta del cipotegato
El origen de esta antigua tradición, aunque incierto, parece remontarse a la Edad Media. Desde entonces, la manifestación festiva ha ido evolucionando adaptada a los nuevos tiempos. Según a quien le preguntes te contará una historia u otra sobre el origen esta fiesta. El término “cipotegato” aparece por primera vez en 1704, en un archivo guardado en la Catedral de Tarazona, en el que se relata que esta figura el “Pellexo de Gato”, se dedicaba a mandar callar y ahuyentar a los niños que entorpecían la procesión del Corpus Christi.
Por otro lado, se cuenta que el “cipotegato” era un bufón de la corte del rey, y que una vez, al recibir un tomatazo en la cara decidió ponerse una máscara para protegerse. La careta tenía forma de gato, y de ahí, el nombre y la tradición de lanzarle tomates.
Sin embargo, hay una tercera versión que es la más aceptada por los turiasonenses. Cuenta que cada 27 de agosto, por la fiesta de San Atilano se liberaba a un preso, siempre y cuando aceptara la humillación de atravesar el pueblo y llegar a la plaza, recibiendo golpes de los vecinos que le lanzaban las hortalizas sobrantes o en mal estado. Quedaba libre, claro, está, si llegaba vivo al final del recorrido.