El "duro" regreso a la residencia incendiada de Villafranca en la que murieron diez personas: "Esta es su casa"
- Un total de 39 internos han regresado esta semana al centro, que mantiene cerrada el ala que resultó afectada por el humo.
- Más información: La residencia de Villafranca de Ebro seguirá cerrada varias semanas tras el incendio: "Ellos quieren volver pronto".
La residencia Jardines de Villafranca, en la que murieron diez internos como consecuencia de un trágico incendio, vuelve poco a poco a la normalidad. Esta semana han regresado los primeros 39 usuarios, los pacientes psiquiátricos, mientras que el resto -los geriátricos- seguirán en Morata de Jalón hasta que termine la reconstrucción.
Los primeros días, reconocía ayer una de las empleadas, están siendo “duros”, ya que el recuerdo de lo sucedido, y de los que ya no están, todavía está reciente. “Es la misma casa en la que trabajabas, pero las cosas han cambiado”, decía. Pese a todo, el personal mantiene intacto su compromiso con el objetivo de que los usuarios, que originalmente fueron trasladados a la residencia Vitalia de Huesca, estén “lo mejor posible”.
Las consecuencias del incendio han obligado a cambiar el propio funcionamiento del centro. El ala en el que se originaron las llamas permanece cerrada, mientras que la segunda -destinada a los pacientes geriátricos- está ahora ocupada por los psiquiátricos. Para el regreso de los alrededor de 20 ancianos que siguen en la residencia de Morata de Jalón todavía no hay fecha, dado que, más de dos semanas después del fuego, sigue siendo imposible concretar cuándo terminarán los trabajos.
Las imágenes difundidas por la Guardia Civil horas después del terrible suceso, que podría tener su origen en un cigarrillo, permiten hacerse una idea del alcance de los daños. Aunque las llamas no salieron de la habitación, el humo se propagó con rapidez, con pasillos, habitaciones y techos totalmente afectados y ennegrecidos. Esto hará que las tareas vayan más allá de una simple ‘mano de pintura’.
Para los usuarios, volver a Villafranca ha sido “recuperar una cierta normalidad”. Especialmente tras el precipitado adiós a la localidad, sin apenas tiempo para recoger sus pertenencias. “Ellos están en su casa. Aquí tienen sus hábitos y costumbres”, contaba la citada trabajadora. En el municipio también tratan de sobreponerse a lo sucedido. El perfil en redes sociales del Ayuntamiento todavía conserva el crespón negro en señal de duelo, ya que, como no pararon de repetir las autoridades tras aquel trágico 15 de noviembre, los usuarios estaban perfectamente integrados en la localidad. De hecho, era común verles en misa o participando en las fiestas populares.
En estas semanas, el seguimiento ha sido constante. Ya el día 16, los responsables municipales se trasladaron a la residencia de Huesca para visitar a los residentes, que han sido cuidados todo este tiempo por el personal de Villafranca. “Están todos bien y tienen ganas de volver para pasear por las calles y ver a los vecinos de nuevo”, decían entonces a través de sus redes sociales.