El Ebro, a su paso por Pina, en una de las últimas avenidas extraordinarias.

El Ebro, a su paso por Pina, en una de las últimas avenidas extraordinarias. EFE

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Los alcaldes de la Ribera Baja del Ebro ponen en alerta a vecinos y ganaderos por la punta de la crecida

Zaragoza
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Alcaldes de la Ribera Baja como el de Pina han puesto ya en alerta a sus agricultores y ganaderos ante la inminente punta de la crecida del Ebro, que llegará en las próximas horas a sus términos municipales con un caudal que podría rondar los 1.400-1.450 metros cúbicos por segundo.

Con esos niveles no debería haber problemas. Pero, por si acaso, muchos consistorios han decidido extremar las precauciones, ya que no se descarta que haya motas debilitadas que puedan romperse por la fuerza del agua.

El alcalde de Pina, Pablo Blanquet, recibió ya este pasado lunes el aviso del 112. La previsión es que la punta llegue a su localidad a última hora de este miércoles o las primeras del jueves, en función del viento. "El caudal que baja ahora ya es grande. No debería haber problemas con las motas, pero el riesgo siempre existe. Al haber tantos kilómetros es muy difícil de controlar", explicaba a última hora de este martes.

Hay campos que, con toda probabilidad, se inundarán, pero eso "se da por hecho". Se trata de los más cercanos al río. "Hemos avisado ya a un ganadero que tiene cerca una explotación y ya había sacado a sus ovejas. Pero esperamos que el agua no llegue hasta allí y pueda llevarlas de nuevo cuanto antes", indicaba.

Él mismo ha ido informando a todos los que podrían verse afectados, desde agricultores a ganaderos. Además, el Consistorio ha compartido a través de sus redes sociales el mensaje del 112 en el que se informaba de la activación del Plan de Inundaciones.

En caso extremo, los Servicios Sociales disponen de una lista de personas vulnerables a evacuar, aunque esta vez no se tendrá que echar mano del documento, pensado para episodios de carácter extraordinario.

En Villafranca predomina, también, la tranquilidad. Su alcaldesa, Volga Ramírez, cree que si vienen únicamente 1.500 metros cúbicos por segundo no habrá mayores contratiempos, al igual que ha sucedido en la Ribera Alta, donde los daños se limitan a campos inundados. Aún así, hay un camino pegado a la mota entre Osera y Villafranca que miran de reojo, ya que presenta un agujero que no se ha arreglado. "Confiamos en que no pase nada", señalaba.

Los vecinos de Villafranca viven episodios como este prácticamente cada año, de ahí que cada cual sepa ya qué tiene que hacer y que ni siquiera haya que avisar a agricultores y ganaderos, que suelen anticiparse a los comunicados oficiales y desalojar si creen que el agua puede llegar hasta sus puertas. Pese a todo, desde el Ayuntamiento sí se ha lanzado un bando avisando a todos los vecinos de que 2024 terminará con la enésima riada.

Lo más inmediato es el paso de la punta de la crecida por Zaragoza capital, donde se prevé una horquilla de entre 1.300 y 1.400 metros cúbicos por segundo.

El Ayuntamiento de Zaragoza hizo ayer un llamamiento a la precaución. Los servicios municipales implicados permanecen activos para tratar de minimizar las afecciones que puedan producirse, aunque por ahora no se ha detectado ninguna reseñable en la capital aragonesa y de momento no será necesario activar el Plan Municipal de Emergencias.

Bomberos y Policía Local siguen controlando a estas horas el acceso a los distintos senderos, caminos y paseos que discurren por las proximidades del Ebro además de vigilar las riberas y llevar a cabo labores informativas necesarias a los ciudadanos para evitar riesgos. A este respecto, se insta a no sobrepasar las cotas que puedan ser acotadas en estas próximas horas.