Así ha sido la cuarta etapa de Víctor Fernández en el Real Zaragoza: sufrimiento, salvación y una ilusión muy fugaz
- El técnico puso punto final a su andadura este miércoles 18 de diciembre después de 9 meses de puro sufrimiento.
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Poco más de nueve meses han pasado desde que el Real Zaragoza hizo oficial el regreso de Víctor Fernández al banquillo de La Romareda. Fue un 11 de marzo cuando la ilusión de su llegada inundó a todo el zaragocismo que veía en su figura la única esperanza de retomar el rumbo de un grupo casi muerto. Ahora, toca decirle adiós.
Entonces sustituyó a Julio Velázquez, que había cogido el relevo de Fran Escribá. El Real Zaragoza, una vez perdida la aspiración de entrar en playoff, veía peligrar su permanencia en la categoría. Los blanquillos eran decimocuartos con 37 puntos, a siete del descenso y con la imagen de un equipo sin alma.
Su llegada alegró a toda la afición, encantada con su vuelta para salvar (de nuevo) al Real Zaragoza de una gran tragedia. El entrenador más laureado de la historia del club aceptaba el reto por amor al escudo y por compromiso con el equipo de su vida, con poco que ganar y mucho que perder. En su presentación se le vio tremendamente emocionado, a la vez que preocupado por la situación.
Este hecho llegaba casi cuatro años después del que parecía su último adiós, cuando rozó el ascenso a Primera División, detenido por la pandemia del coronavirus.
Primeros partidos
La cuarta etapa de Víctor Fernández al frente del Real Zaragoza comenzaba en casa, en La Romareda, con una afición que se entregó para recibirle a lo grande. Los aragoneses se enfrentaban al Espanyol con la ilusión de vencer a uno de los equipos más poderosos de la categoría y volver a vencer en casa.
No obstante, la historia comenzó de manera amarga, con un temprano gol de Javi Puado. Finalmente, el choque terminó 0-1. La siguiente jornada los de Víctor Fernández empataron a 0 frente al Mirandés, pero a la tercera fue la vencida. El Real Zaragoza venció 3-1 al Tenerife en La Romareda en un partido crucial.
Salvación
A partir de ahí, aunque podía parecer que el camino sería más sencillo, todo lo contrario. El Real Zaragoza sufrió en exceso para salvar la categoría, como nunca antes.
Incapaz de volver a ganar en casa, el cuadro aragonés tuvo que hacer los deberes en la penúltima jornada, en horario unificado. Los maños consiguieron la salvación matemática ante el Racing de Santander el 26 de mayo de 2024, un hecho totalmente radical a lo que prometía el equipo de las primeras cinco jornadas.
Emoción.
— Real Zaragoza (@RealZaragoza) March 12, 2024
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Así pues, Víctor Fernández ha repetido en ocasiones el sufrimiento que llegó a vivir en esos meses, como técnico y zaragocista.
Nuevo capítulo
No obstante, el del barrio Oliver decidió continuar al frente del equipo para la presente temporada. Pero el verano no iba a ser para nada tranquilo.
Nada más acabar la temporada, Raúl Sanllehí anunció su adiós como director general y llegó Fernando López. Víctor se reunió en Madrid con Jorge Mas, Cordero y el resto de consejeros para afrontar el nuevo proyecto. En definitiva, se vivió un mercado ilusionante con la llegada de nombres contrastados en la categoría y otros jóvenes prometedores.
Aunque el final del mercado pareció insuficiente, la temporada había comenzado de manera impecable para los pupilos de Víctor Fernández con tres victorias y un empate. El técnico admitió su ilusión por el curso, provocando la ilusión en toda la afición para quien era el hombre perfecto.
Personalidad, estilo, buen juego y muchos goles. No había dudas en el zaragocismo, el ascenso sería solo con él. O eso se quería creer. Sin embargo, todo empezó a torcerse entre lesiones, sensaciones y malos resultados…
La última victoria del Real Zaragoza fue hace un mes y medio, el 2 de noviembre ante el Granada. Así pues, noviembre y diciembre han provocado un cambio radical en la atmósfera de la entidad hasta el punto de tener que despedirse de Víctor Fernández.
Finalmente, el sueño no se ha hecho realidad y la historia de Víctor Fernández en el Real Zaragoza no podrá tener un final bonito o de cuento. Solo un final. Su cuarta etapa culmina con 34 partidos dirigidos, 11 victorias, 11 empates y 12 derrotas.
Pese a todo, Víctor, como un zaragocista más, se ha dejado todo por intentarlo y por devolver al Real Zaragoza a su lugar. Por ello, Zaragoza estará eternamente agradecida.