Juan Manuel Cendoya recibe este sábado la Medalla de Oro de Zaragoza

Juan Manuel Cendoya recibe este sábado la Medalla de Oro de Zaragoza

Economía

Juan Manuel Cendoya, Medalla de Oro de Zaragoza: “Me llena de satisfacción. Me siento aragonés y zaragozano”

Cendoya agradece la confianza de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, a horas de recibir la principal distinción de Zaragoza.

5 octubre, 2024 07:00
Zaragoza

El vicepresidente de Santander España, Juan Manuel Cendoya, recibe este sábado la Medalla de Oro de su tierra, de Zaragoza, en el acto institucional que marca el inicio de las Fiestas del Pilar. Después de toda una vida dedicada a la abogacía y al sector bancario, hoy será galardonado con la mayor distinción de “mi ciudad y mi casa”, de la que siempre se acuerda con cariño, y que le reconoce su trayectoria profesional y su labor de embajador de esta tierra.

Una Zaragoza a la que ve, como el conjunto de Aragón, como un “ejemplo de pujanza” y con una “vibrante clase empresarial”. Así, le ha permitido situarse a la vanguardia de la nueva economía, basada en la tecnología cloud y computación en la nube. Y Cendoya no duda de que “va a ir a más”, invitando a las instituciones a “alzar la voz” y clamar a inversores y trabajadores que “aquí está Zaragoza”.

P.- ¿Que significa para usted recibir esta Medalla de Oro de Zaragoza?
R.- Es un honor. Estoy muy contento y feliz. Me honra y me abruma un poco, pero en la vida hay que ser agradecido y aceptar los reconocimientos. Se reconoce el compromiso que tengo con Zaragoza, que es mi ciudad y mi casa, y con Aragón. Nunca he pensado que tengo otra casa.

P.- Se dice a menudo que lo complicado es ser profeta en su tierra
R.- Quizás, cuando estás fuera, es un poco más fácil, aunque puedo venir con mucha frecuencia. Me llena de satisfacción. Me siento muy aragonés y zaragozano. Un premio de estas características, un reconocimiento tan profundo como la Medalla de Oro de la ciudad, me abruma.

P.- ¿Cómo se lo comunica? ¿Le llamó la alcaldesa?
R.- La alcaldesa le dio mucha importancia e hizo que lo recibiera muy honrado. Me llamó, tuvimos una reunión, y comentó la intención del Ayuntamiento. Lo relevante es que lo aprobó el Pleno municipal, y fue cuando me llamó y hablé con ella. Manejó muy bien un proceso de estas características para no despertar falsas expectativas y, a la vez, percibir la importancia de que tu ciudad te dé la más alta distinción.

P.- ¿Qué es lo que más se echa de menos de Zaragoza desde Madrid?
R.- Lo que más echo de menos es pasear, disfrutar y hablar con amigos por la calle. Durante muchos años, en Madrid, iba a un restaurante, a misa, a una plaza o a hacer deporte y no me encontraba a casi nadie. Echaba de menos que, en Zaragoza, cuando iba a pasear, me encontraba con 10 o 15 personas. Hasta no llevar 15 años en Madrid no he tenido esa sensación. En Zaragoza no se siente la soledad de otras grandes ciudades, sino que te sientes muy acompañado con un amplio círculo de familia y amigos.

P.- Siempre ha querido mantener el vínculo con su ciudad
R.- Siempre lo he mantenido. Estudié aquí, tengo mis amigos, vengo con frecuencia… Trato de venir una vez al mes a la sede del Banco Santander, el antiguo Banco de Aragón, señero y con mucha importancia en la historia económica de la ciudad y la región. Estoy con mucha frecuencia.

La economía aragonesa

P.- ¿Cómo ve la economía aragonesa desde Madrid?
R.- Se ve bien. Crece más que la media, tiene menos paro, más capacidad industria, exporta más y tiene más futuro. Es un ejemplo de una región con pujanza y una vibrante clase empresarial.

P.- Se está apostando fuerte por el sector tecnológico. ¿Los centros de datos y la tecnología en la nube son el futuro?
R.- Qué duda cabe de que el presente y, por supuesto, el futuro son los datos, la computación y la inteligencia artificial. Estas decisiones de las grandes empresas son una buenísima señal para Zaragoza y toda la región.

P.- Se está, por fin, aprovechando su ubicación estratégica y sus potencialidades
R.- Siempre ha sido así. La historia de Zaragoza tiene mucho que ver con su enclave geográfico desde que la fundaron los romanos. Ahora está aprovechando la conectividad y este posicionamiento geográfico, con tanto territorio y posibilidades de energía renovable. Estamos en un momento donde eso cobra un valor mucho más importante. La llegada del AVE fue transformadora. Va a ir a más.

P.- ¿Le cuesta a Aragón ponerse a sí mismo en valor?
R.- Totalmente. El carácter aragonés es, en muchas ocasiones, prudente y demasiado humilde. En ocasiones, tienes que salir al ruedo y llamar la atención de los inversores, decir “aquí está Zaragoza” a inversores de futuras empresas y trabajadores. Ahora estamos en un mundo global, compitiendo con las principales ciudades europeas. Es bueno levantar la voz para atraer más inversiones. Las autoridades aragonesas, tanto el presidente como la alcaldesa, representan una energía y una juventud renovada a la hora de alzar la voz y decir “aquí está Zaragoza”.

El sector bancario

P.- ¿Hacia dónde debe ir el sector bancario?
R.- A acompañar a los clientes. Tenemos 160 millones de clientes en todo el mundo, 200.000 en Aragón. Estamos acompañándoles en su crecimiento, en su vida, hipotecas, pagos… Bizum es una creación de los bancos y un extraordinario instrumento de pagos cómodos y fáciles. Es una fortaleza para el país y Aragón contar con entidades financieras fuertes que son la arteria de la economía. Somos un conjunto de bancos buenos, como LaCaixa, BBVA, Banco Santander, y es muy bueno contar con una entidad local como Ibercaja muy comprometida con el territorio, independiente y con fuerza.

P.- Tras más de una década de constantes fusiones y agrupaciones, ¿van a seguir?
R.- Yo creo que no. En España podría haber algo más de consolidación. Hay más de 100 entidades con una competencia enorme. No veo unos enormes movimientos, pero sí pequeñas adaptaciones, jugadores que suban de cuota o una compra para complementar alguna comunidad autónoma. Europa debe recuperar competitividad. Se está quedando atrás con sus grandes competidores como Estados Unidos y China, y debe avanzar decididamente en la competitividad y crecimiento.

Lo dice siempre Ana Botín. Europa necesita avanzar en innovación y crecimiento de empleo, actividad y exportación. Ahora nos va mejor al sur de Europa, fruto de que el norte ha estado más afectado por la Guerra de Ucrania y el gas, pero no debemos perder de vista que hay que aumentar la competitividad. Sólo si aumentamos la competitividad, incorporamos más personas al mercado de trabajo, atraemos los mejores estudiantes, Europa podrá seguir teniendo historia de éxito. Somos muy buenos en protección social, pero necesitamos un gran crecimiento.

P.- El Banco Santander está presente en multitud de países. ¿Cómo se extiende la filosofía de un mismo banco en todo el mundo?
R.- Es importante contar con una única visión. La presidenta Ana Botín tiene una visión estratégica y determinada, que cohesiona a todo el equipo directivo. Nosotros aspiramos a ser el mejor banco local en Inglaterra, Brasil, México, España y Portugal, y debemos aprovechar las capacidades globales para ser el banco más rentable. Debemos hacerlo bien con el cliente, entregando buenos productos, con buena calidad de servicio, y dando confianza para que se fíen de nosotros. Así, podremos entregar un buen beneficio, pagar una buena cantidad de impuestos y dar un dividendo adecuado a los accionistas.

El futuro

P.- ¿Cómo ve el futuro a nivel personal y profesional?
R.- Veo el futuro de Zaragoza y Aragón muy prometedor. Ha interpretado bien las tendencias futuras, en materia tecnológica y de sostenibilidad. Yo estoy feliz levantándome cada mañana trabajando en el Banco Santander. La presidenta Ana Botín y el consejero delegado me dan confianza para trabajar con creatividad y autonomía. Tengo unos compañeros magníficos y un equipo de 200.000 profesionales que me ilusiona. Ver la bandera de España a través del Banco Santander me llena de orgullo. A nivel personal, trato de ser un buen padre, un buen esposo y aportar compromiso a la sociedad que nos rodea, en Zaragoza y en Madrid.