Voy a ser clásica comenzando con una cita de Winston Churchill, aprovechando los recursos de quien tenía frases para multitud de situaciones y momentos. “Mejorar es cambiar; así que para ser perfecto hay que cambiar a menudo”.

No sé si 20 años son muchos o pocos (todo depende de diferentes comparaciones) pero Zaragoza prácticamente ha doblado su superficie urbanizada, ha aumentado su población un 13%.

Zaragoza está de moda con nuevos desarrollos residenciales, industriales, logísticos. Zaragoza se ha transformando y con ellos los usos y costumbres en los desplazamientos de los zaragozanos y su área metropolitana. Nuevos vecinos han llegado a barrios como Rosales del Canal, Valdespartera, Parque Venecia o Arcosur, y otros acogen nuevos residentes, como Vadorrey, Barrio Jesús, la renovada Avenida Cataluña, Miralbueno, Valdefierro u Oliver.

Nuestras calles se han llenado de diferentes vehículos para desplazarnos: VMP, la popularización de la bicicleta como medio de transporte diario, y más que se va a cambiar con un nuevo servicio de Bizi eléctrica, que marcará un enorme salto adelante en la movilidad en poco más de un mes, cumpliendo así una demanda histórica de que llegue el servicio a todo la ciudad.

Los ciudadanos nos sólo nos demandan zonas verdes, también un acceso directo a ellas que facilite el ocio, recreo y ejercicio, con el Ebro como eje de ciudad, y conexiones con Margen Izquierda, Parque del Agua, o la futura y renovada Ribera del Huerva.

Nuestra red de transporte público debe adaptarse estas nuevas necesidades, y es en este momento cuando debemos reflexionar y dar un paso adelante. Si queremos mejorar las cosas hay que cambiarlas, pero para eso hay que atreverse.

Ser atrevido nunca es fácil, y menos cuando eres responsable de la movilidad de una ciudad de 700.000 habitantes, pero tenemos que apostar con firmeza por una ciudad con un mejor servicio de transporte, con líneas eficaces, pero también eficientes. Y sobre todo que el modelo sea competitivo en recorridos y tiempo de uso frente al vehículo privado.

No queremos que haya menos autobuses circulando por nuestros barrios, sino más, y que lleguen a zonas cuyo servicio es insuficiente.

Por todo ello, no se van a eliminar líneas, ni dejar ningún barrio peor conectado de lo que está ahora. Al contrario, se van a mejorar conexiones y frecuencias de paso.
Pero para eso tenemos que ser valientes y dejar atrás el tradicional esquema centro–periferia de la red radial actual para apostar por interconexiones circulares entre barrios. Hay que avanzar de una red de líneas de distrito, a una red de líneas de ciudad, como verdaderos ejes urbanos.

Estas interconexiones entre barrios solo pueden ser posibles con dos nuevas Líneas Circulares Exprés y de alta capacidad. El 24, línea clave con 24.000 usuarios diarios, se multiplica convirtiéndola en doble línea de alta capacidad, con mayor dotación de vehículos, expediciones, y frecuencia de paso de 6 minutos. Dará servicio nada menos que a ocho distritos: Delicias, Almozara, Actur, El Rabal, Las Fuentes, San José, Casco Histórico, y Universidad. Pasará de conectar este y oeste, a ser una verdadera línea de ciudad, uniendo entre sí ocho distritos con la estación Intermodal, y circulando por ambas márgenes de la ciudad.

Esta transformación viene acompañada de la ampliación del recorrido de la Línea 38 para que llegue hasta Valdefierro, creando por primera vez una conexión directa con el centro de la ciudad. Misma frecuencia y con un 25% más de expediciones, acercando al barrio al Centro, Universidad, Clínico y al Tranvía de forma más directa, con menor rodeo que el actual 24.

Trabajaremos con los vecinos, asociaciones y Juntas de Distrito, y muy especialmente con los vecinos de Valdefierro, desde los habitantes históricos del barrio hasta los que están llegando ahora a las nuevas urbanizaciones con la misma ilusión que llegaron los primeros vecinos, en los años 40, en las primeras torres-vivienda que utilizaban los trabajadores del Canal Imperial.

Los necesitamos a ellos para afinar y ajustar recorridos del 38, la dotación de vehículos, si es necesario que sean articulados, y sus frecuencias. Seguiremos, obviamente, el criterio de los técnicos, pero siendo sensibles a las demandas vecinales y al vínculo emocional de décadas de los zaragozanos con las líneas. El objetivo es mejorar el servicio y que nadie quede descontento. Sabemos que es difícil, pero ha llegado el momento de ser valientes y no dar la espalda a los cambios de la ciudad.

Tatiana Gaudes, consejera de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Zaragoza