Una vez más, ahora con el ‘cuponazo’ catalán como detonante, se abre el melón de la financiación autonómica. Todas las Comunidades Autónomas, tanto las privilegiadas de forma injusta como las que permanecen arrinconadas en el pelotón de los torpes, no están cómodas con un modelo de financiación que ha quedado obsoleto.

Aragón, tristemente, sigue en el vagón de cola de este sistema, un grupo en el que nunca debió estar y en el que se aplica la misma vara de medir a todos los territorios con parámetros como el de la población que nos perjudican gravemente. Prueba de ello son los 87 millones de euros que perderá nuestra Comunidad en 2025 porque ha tenido un menor crecimiento demográfico en relación con la media nacional.

De nada sirve que Aragón sea líder en energías renovables o que reciba 40.000 millones en inversiones en nuevos proyectos empresariales. Nuestra Comunidad lidera en estos momentos el desarrollo económico en nuestro país y lo hace con graves carencias derivadas de esa falta de financiación. No puede ser que sigan llegando nuevos proyectos multimillonarios sin tener una red de comunicaciones ferroviarias, de carreteras o aéreas en condiciones.

Desde el Partido Aragonés tenemos claro que para solventar estos déficits la solución está en que nuestra Comunidad tenga su Hacienda Foral propia y pueda gestionar los recursos. ¿Por qué Aragón no puede tener una Hacienda Foral propia al igual que la tiene Navarra? No queremos ser insolidarios con el resto de Comunidades, simplemente reclamamos lo que nos corresponde por nuestros derechos históricos.

Aragón sí tiene derecho a una Hacienda Foral y esta es una de las cuestiones que debe abordarse y acordarse en una bilateral Aragón-Estado, reconocida en el artículo 108 del Estatuto de Autonomía. ¿Por qué Cataluña y el País Vasco, por ejemplo, pueden abrir un debate de estas características y Aragón no? Somos una Comunidad histórica con un Derecho Foral propio que nos coloca por delante de las antes mencionadas.

Lo que estamos pidiendo es gestionar los recursos que nos llegan del Estado: poder hacer las carreteras y autovías pendientes, poder llevar a cabo las obras pendientes del Pacto del Agua, dar utilidad al aeropuerto de Huesca o crear una red de cercanías para Zaragoza y su área metropolitana, entre otras muchas cosas más que necesarias.

Queremos que Aragón reciba cada año una cantidad pactada con el Estado para llevar a cabo estos proyectos y que el dinero que se quede sin ejecutar se quede en nuestra Comunidad y no vaya a la caja común de toda España como sucede en estos momentos. No sirve de nada que se pinten miles de millones de euros para Aragón en los Presupuestos Generales del Estado si luego apenas se ejecuta un 30%.

Pedir la autonomía fiscal y financiera no es pedir la independencia, ni mucho menos. Nosotros defendemos la unidad de España, pero reivindicamos que Aragón pacte con el Estado unos recursos justos y que la Comunidad los administre de forma justa y equitativa. No hablamos del independentismo burdo y chabacano defendido por catalanes y vascos que trata de romper este país.

¿Por qué Aragón tiene que seguir siendo la tierra más solidaria, generadora de energía y riqueza, cuando otros no lo han sido? Lo hemos hecho sin pedir nada a cambio y obligados a formar parte del pelotón de los torpes.

Es momento de abrir el debate, de reclamar nuestros derechos históricos, nuestro Derecho Foral y de colocar nuestra Comunidad en el lugar que se merece. No me cansaré de repetir, como así lo hicieron nuestros antepasados, que en Aragón fueron antes leyes que reyes. Luchemos por nuestros derechos, luchemos por nuestra tierra.