Son múltiples las señales que, a menudo, invaden las calles y que significan que la Navidad ya está a la vuelta de la esquina. Desde el comienzo de la instalación de luces hasta el sonido de los villancicos en algún mercadillo, casi sin darse cuenta empiezan a aparecer mensajes en el día a día que muestran la llegada de los días más especiales de cada año.

Además, durante estas fechas, cada región tiene distintos platos típicos y dulces que también se empiezan a vislumbrar conforme vas retirando hojas en el calendario. Uno de ellos, conocido por prácticamente todos, es el turrón, que endulza muchas mesas cuando se acercan las últimas semanas de diciembre y primeras de enero.

De hecho, hay algunos supermercados importantes que ya han comenzado a colocar en sus estantes los primeros turrones. Es el caso de Mercadona, que, en algunos de sus locales, ya ha empezado a vender algunas tabletas.

Por el momento, estas ventas se limitan a los turrones más clásicos, como el duro y el blando, alguno con chocolate crujiente o con cacahuete frito y miel.

No obstante, a buen seguro llegarán, en próximas semanas, nuevos sabores y texturas que harán delicias de todos los amantes del turrón. El año pasado, los estantes se llenaron de tabletas de chupa-chups, jamón, nachos con chocolate blanco o galleta caramelizada, entre otras rarezas.

Ante ello, la reacción más típica seguro que pasa por el pensamiento de muchos. "Cada año empiezan antes", es una de las frases más repetidas.

El turrón es un dulce típico del sur de Europa, como España e Italia, aunque también en países de Latinoamérica. Su elaboración clásica es de forma tradicional, aunque con el paso de los años también se está expandiendo la producción industrial.