Zaragoza
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Parte de la riqueza del castellano viene de la variedad de palabras autóctonas que se utilizan solamente en determinadas zonas. En Aragón por ejemplo, se utilizan algunas palabras incomprensibles para el resto de España. El uso de un lenguaje propio demuestra que eres de la tierra, que conoces sus tradiciones y costumbres. Si te consideras más de Zaragoza que la Basílica del Pilar, en tu vocabulario estarán algunas de estas palabras.

Palabras aragonesas utilizadas habitualmente pueden ser chipiarse, escobar, timbrar, a corderetas… También hay palabrotas e insultos en aragonés. Igual que dicen que cuando sueñas en otro idioma a tu lengua materna ya puedes decir que eres bilingüe, si utilizas aragonesismos para insultar, puedes decir que eres un auténtico aragonés.

Gilipollas, e idiota suelen ser los insultos más utilizados, y según el contexto no hay que ofenderse, los españoles somos muy dados a insultarnos también entre amigos. El insulto aragonés que no se entiende en el resto de España es ababol. Un insulto delicado, cariñoso que quiere decir tonto, despistado, empanado.

Ababol en el Diccionario de la lengua española cuenta con dos definiciones. La del insulto que decíamos y otra curiosa: amapola. Un ababol es también una flor, por lo que algunos podrían confundirse y pensar que si le llaman así le están echando un piropo.

Si estás en Aragón y alguien te dice que “tienes cara de ababol” o “mira que eres ababol”, no te está llamando florecilla del campo precisamente, algo has hecho mal y considera que tienes poca inteligencia. Pero no se lo tengas muy en cuenta, los aragoneses suelen ser un poco brutos, pero de buen corazón.

Otros insultos aragoneses

Saber insultar con elegancia es todo un arte. Los improperios parecen barriobajeros, pero si se conoce bien el diccionario, se encuentran insultos con mucha clase.

Para los humoristas por ejemplo, saber insultar bien es clave, ya que un insulto amable puede sacar más de una carcajada: “Eres más corto que las mangas de un chaleco” o “solo tienes dos neuronas, una en silla de ruedas y la otra la empuja” son algunos ejemplos de faltadas divertidas. 

En Aragón contamos con insultos de lo más simpáticos, aparte de 'ababol', podemos contar unos 100 términos para insultar, aquí dejamos los 10 más utilizados en la comunidad:

  • Agudico: simple, poco inteligente (irónico, significado de agudo: inteligente, avispado)

  • Arnuz: persona indeseable, de poco valor.

  • Brozas: torpe, descuidado, chapucero.

  • Canelo: tontorrón, bobalicón

  • Desustanciau: persona sin fundamento.

  • Escuchimiciau: sin fuerzas, enclenque, débil.

  • Fulero: falso, de poca credibilidad

  • Marroflas: lento al hacer las cosas.

  • Tarambán: alocado, sin ideas fijas, caprichoso

  • Tontolaba: desgraciado. Viene de la tradición del haba en el roscón, quien se la encuentra tiene que pagar el dulce a quien lo ha comprado, de ahí tontolaba.

La riqueza del lenguaje

La lengua española es un verdadero tesoro, lleno de matices que reflejan la diversidad de nuestras regiones. A lo largo de los siglos, cada rincón de España ha ido aportando palabras únicas y expresiones propias, enriqueciendo así nuestro idioma común. Muchas de estas palabras, aunque no siempre se conocen en todo el país, forman parte de la identidad cultural de sus lugares de origen.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua cuenta con unas 90.000 palabras, una persona normal utiliza en su día a día alrededor de 300, y una persona considerada culta 500. Palabras que utiliza, no que conozca, se pueden conocer muchas más pero no las usamos en nuestras conversaciones del día a día.

El conocimiento de un extenso vocabulario permite desarrollar el intelecto. Pensamos con palabras, y cuantas más palabras conozcamos más lejos llegaremos. "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo" dijo en una ocasión el filósofo Ludwig Wittgenstein.