Borrajas con almejas.

Borrajas con almejas. Ayuntamiento de Zaragoza.

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Así se hacen las borrajas con almejas, un plato típico de Aragón que no puede faltar durante la comida de Navidad

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En Aragón, la Navidad es una época marcada por una rica tradición gastronómica que combina la sencillez de los ingredientes locales con recetas elaboradas y festivas. Las abuelas aragonesas son las guardianas de estos platos, transmitidos de generación en generación, que destacan por su contundencia y sabor.

Las abuelas de Aragón son conocidas por su cariño al cocinar y por mantener vivas las tradiciones. Los ingredientes frescos y de proximidad, junto con el tiempo y la dedicación que invierten en cada receta, son el secreto para que estos platos sean inolvidables. La cocina navideña aragonesa es una celebración de los sabores de la tierra, y cada bocado cuenta una historia familiar.

Y una de las recetas típicas de Aragón durante la Navidad, es, sin duda, las borrajas con almejas, un plato elegante y sencillo de la gastronomía aragonesa, que a menudo aparece en las mesas navideñas como un entrante ligero y sabroso. Esta receta combina dos ingredientes aparentemente contrastantes: la humilde borraja, una verdura muy típica de Aragón, y las almejas, que aportan un toque marinero y festivo al plato. Es una forma perfecta de resaltar los sabores naturales y equilibrar las comidas más copiosas de la Navidad.
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Las borrajas con almejas son un plato que combina dos mundos culinarios: el de la huerta aragonesa y el mar. Esta receta, aunque sencilla, es muy especial porque resalta la pureza de los ingredientes y refleja la capacidad de la cocina aragonesa para adaptarse y crear armonías únicas. Es una propuesta cada vez más presente en las mesas navideñas de Aragón, donde se valora tanto su sabor como su presentación refinada.

Los ingredientes necesarios para elaborar esta receta son los siguientes:

  • 500 g de borrajas frescas (limpias y cortadas en trozos)
  • 300 g de almejas frescas
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 vaso de vino blanco
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de harina (opcional, para espesar la salsa)
  • Sal y pimienta al gusto
  • Perejil fresco picado
  • 1 limón

En cuanto a los pasos principales para la elaboración de este plato, son los siguientes:

  1. Preparar las borrajas: Lava bien las borrajas para eliminar cualquier resto de tierra.
  2. Ponlas a cocer en una olla con agua hirviendo y sal durante unos 10-12 minutos, hasta que estén tiernas pero no deshechas.
  3. Escúrrelas y resérvalas. Guarda un poco del agua de cocción por si es necesario más adelante.
  4. Preparar las almejas: Coloca las almejas en un recipiente con agua fría y un poco de sal durante 30 minutos para que suelten la arena.
  5. Lávalas bien bajo el grifo y resérvalas.
  6. Sofrito: En una sartén amplia o cazuela, calienta el aceite de oliva.
  7. Sofríe los ajos laminados y la cebolla picada finamente hasta que estén dorados y fragantes.
  8. Incorporar las almejas: Añade las almejas a la sartén junto con el vaso de vino blanco.
  9. Cocina a fuego medio-alto hasta que las almejas se abran (unos 3-5 minutos). Retira aquellas que no se abran.
  10. Salsa (opcional): Si deseas una salsa más espesa, añade la harina al sofrito antes de echar las almejas. Remueve bien para que se tueste ligeramente y no queden grumos. Luego añade el vino blanco.
  11. Unir borrajas y almejas: Incorpora las borrajas cocidas a la sartén con las almejas y remueve con cuidado para que se mezclen los sabores.
  12. Si la salsa queda muy espesa, puedes añadir un poco del agua de cocción de las borrajas. Ajusta de sal y pimienta.
  13. Toque final: Espolvorea con perejil fresco picado y un chorrito de zumo de limón antes de servir.

Además, los consejos principales que tienes que tener en cuenta que para este plato quede perfecto son los siguientes: en primer lugar, utilizar borrajas frescas: la calidad de las borrajas es clave. Las más tiernas y frescas garantizan un plato delicioso.

En segundo lugar, usar almejas bien limpias: es fundamental purgarlas bien para evitar restos de arena en el plato. Y finalmente, el toque aragonés: algunas abuelas añaden una pizca de pimentón dulce o un poquito de ajo machacado al final para dar más profundidad al sabor.