Plato de albóndigas.

Plato de albóndigas.

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Esta receta aragonesa no la hace casi nadie, pero es la mejor forma de preparar albóndigas: es muy rica en proteínas

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El recetario típico de Aragón es un reflejo de su historia, sus tradiciones y su diversidad geográfica, que combina ingredientes de montaña, valles y huertas. La cocina aragonesa se caracteriza por su sencillez, el aprovechamiento de productos locales y sabores intensos.

Entre los platos típicos se encuentran las migas aragonesas, elaboradas con pan duro, se acompañan de chorizo, panceta, uvas, o huevo frito. Es un plato humilde pero muy sabroso, típico de las zonas rurales, así como las sopas de ajo aragonesas, una sopa sencilla hecha con pan, ajo, pimentón y caldo, enriquecida con huevo escalfado. Se prepara especialmente en días fríos.

Sin embargo, hay otra receta aragonesa que no la hace casi nadie y que puede ser perfecta para hacer en Navidad: las albóndigas hechas con bacalao, una receta muy sencilla y rápida.

Las albóndigas de bacalao son un plato típico de Aragón que se disfruta especialmente en Navidad y en celebraciones especiales. Son una receta que refleja la tradición de aprovechar el bacalao, un ingrediente que durante siglos fue fundamental en la cocina aragonesa gracias a su conservación en salazón. Este plato combina el sabor del pescado con una textura suave y jugosa, ideal como entrante o segundo plato.

Los ingredientes para elaborar este tipo de albóndigas (para 4 personas) son los siguientes:

  • 300 g de bacalao desalado (puedes desalarlo en casa cambiando el agua cada 8 horas durante 24-36 horas)
  • 2 patatas medianas
  • 2 dientes de ajo
  • 2 huevos
  • Perejil fresco picado
  • Pan rallado (cantidad necesaria para dar consistencia)
  • Harina (para rebozar)
  • Aceite de oliva virgen extra (para freír)

Para la salsa:

  • 1 cebolla grande
  • 2 tomates maduros o tomate triturado (unos 200 g)
  • 1 diente de ajo
  • 1 vaso de caldo de pescado
  • 1 hoja de laurel
  • Sal y pimienta al gusto

En cuanto a la elaboración para estas albóndigas, son los siguientes:

  1. Preparar el bacalao. Si el bacalao no está desalado, sumérgelo en agua durante al menos 24-36 horas, cambiando el agua varias veces.
  2. Escurre el bacalao y desmenúzalo, eliminando espinas y piel. Puedes triturarlo ligeramente si quieres una textura más fina.
  3. Hacer las albóndigas. Hierve las patatas con piel hasta que estén tiernas. Pélalas y aplástalas con un tenedor o un pasapurés.
  4. En un bol, mezcla el bacalao desmenuzado, las patatas, los ajos picados finamente, el perejil y los huevos.
  5. Agrega pan rallado poco a poco hasta que la mezcla tenga una consistencia que permita formar las albóndigas. Rectifica de sal si es necesario.
  6. Forma bolitas del tamaño de una nuez, pásalas por harina y resérvalas.
  7. Freír las albóndigas: en una sartén, calienta abundante aceite de oliva. 
  8. Fríe las albóndigas hasta que estén doradas por fuera (no es necesario cocinarlas completamente, ya que se terminarán en la salsa). Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  9. Preparar la salsa: en una cazuela amplia, sofríe la cebolla y el ajo picados finamente en un poco de aceite.
  10. Cuando la cebolla esté transparente, añade el tomate triturado y la hoja de laurel. Cocina a fuego lento hasta que el tomate reduzca y esté bien integrado.
  11. Incorpora el caldo de pescado, sazona con sal y pimienta, y cocina a fuego medio durante unos 10 minutos.
  12. Cocinar las albóndigas en la salsa: coloca las albóndigas en la cazuela con la salsa, procurando que queden bien cubiertas.
  13. Cocina a fuego bajo durante 10-15 minutos para que las albóndigas absorban los sabores de la salsa.

En cuanto a la presentación: sirve las albóndigas calientes en una fuente, decoradas con perejil fresco picado. Además, acompáñalas con pan casero para mojar en la deliciosa salsa o con un poco de arroz blanco como guarnición.

Los consejos y variantes que puedes tener en cuenta para elaborar esta receta son los siguientes: en primer lugar, para darle más cremosidad, añade un chorrito de nata o leche evaporada a la salsa para un toque más suave.

Luego, para darle un toque aromático, puedes añadir unas hebras de azafrán infusionadas en el caldo realzarán el sabor y darán un color especial. Y finalmente, puedes optar por una salsa verde con perejil y ajo, típica en la cocina de pescado.