La palabra que se usa en Aragón para referirse a los padres: es preciosa y diferente con el resto de España
- Se trata de una palabra que, aunque es difícil de entender para el resto de España, en Aragón es muy común escucharla.
- Más información: La curiosa expresión aragonesa que más vas a escuchar: no la entienden en el resto de España
Aragón es una tierra con una rica tradición de convivencia entre pueblos y culturas, además de contar con un valioso patrimonio artístico y paisajes naturales fascinantes. Es un lugar único, donde el castellano es la única lengua oficial, pero el aragonés, junto con el catalán, también juega un papel importante en su historia y cultura.
El aragonés es una lengua exclusiva de Aragón, reconocida como patrimonio propio por diversas leyes, como el Estatuto de Autonomía y la Ley de Lenguas de Aragón. Aunque no tiene el estatus de cooficialidad, su situación es preocupante, ya que poco a poco está siendo olvidada. De hecho, la UNESCO la clasifica como una lengua en peligro de extinción.
Por eso, es muy importante mantener viva esta lengua, ya sea a través de algunas de sus expresiones más populares o destacando palabras llenas de belleza, como la que queremos compartir contigo. Una palabra entrañable, muy utilizada para hablar de la familia, especialmente para referirse a los padres.
Si no eres de Aragón y visitas la región es probable que en alguna ocasión escuches el término de "pai" y "mai" para referirse a los padres. Una forma cercana y mucho más familiar a la que se utiliza en el resto de España y que viene a reflejar la importancia de esta figura en la vida familiar y en la tradición aragonesa.
Pai y mai son los términos utilizados en Aragón para referirse a padre y madre respectivamente. Palabras que provienen del latín vulgar "pater" y "mater", pero que han evolucionado en el aragonés de forma diferente al castellano, conservando una forma más cercana a sus raíces latinas.
Otras palabras curiosas del aragonés
No hay aragonés que salga de su tierra sin arrancar alguna sonrisa o mirada de sorpresa con sus expresiones típicas. En cualquier conversación, siempre se cuela alguna palabra o frase que deja perplejo a cualquier "forano" que lo escuche.
Por ejemplo, si alguien te llama "zaborrero", no es precisamente un halago; significa que haces las cosas de manera descuidada y sin prestar suficiente atención. Y si escuchas a alguien decir que va "de propio", es porque ha dejado todo para enfocarse especialmente en algo, haciendo un esfuerzo concreto para ello.
Si el tiempo no acompaña y alguien comenta que se ha "chipiado", es porque ha terminado empapado por la lluvia. O si abres una botella de bebida gaseosa y ya no tiene ese chispeante burbujeo, entonces es que ha "esbafado". En cambio, si te mandan a "escaparrar", te están diciendo, con un toque aragonés contundente, que te vayas a freír espárragos.
Para los golosos, ser "laminero" es casi un orgullo; significa que no puedes resistirte a un buen dulce. Y si te llaman "ababol", puede que se refieran a la flor de amapola, aunque lo más probable es que te estén diciendo que eres un poco despistado o tonto. En el parque, los niños disfrutan lanzándose por el "esbarizaculos", que no es otra cosa que el tobogán. Y si algo te da un poco de asco o repulsión, entonces es que te da "pampurrias".
Y cómo olvidar la "garrampa", esa palabra tan descriptiva para hablar de esos incómodos chispazos o calambres que te sacuden de vez en cuando. Estas expresiones son una muestra de la riqueza del aragonés, cargadas de personalidad y capaces de sorprender, convirtiendo cada palabra en un guiño a la cultura de la región.