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La venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza fue un 2 de enero y no un 12 de octubre como todo el mundo cree

Zaragoza
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Las fiestas del Pilar se celebran en octubre, siendo el día 12 la fecha clave. Ofrenda de Flores, jotas, ofrenda de frutos, Rosario de Cristal, ferias, Espacio City, Oktoberfest, y un largo etcétera. Zaragoza se viste de gala para celebrar por todo lo alto el día de la Virgen. Es fiesta nacional, porque la Pilarica es patrona de la Hispanidad. Sin embargo, lo que muchos no saben es que, realmente, la Virgen no vino a Zaragoza el 12 de octubre.

“Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza”, se canta en la capital aragonesa, y esa hora fue un 2 de enero. La tradición explica que el apóstol Santiago el Mayor se encontraba en Cesaraugusta, a las orillas del río Ebro, junto a un pequeño grupo de conversos que habían escuchado y creído su predicación.

Los zaragozanos resultaban bastante duros de oído y de corazón, y el apóstol cansado comenzó a preguntarse si tenía sentido seguir predicando el mensaje de Jesús en esta tierra. Abatido por el desánimo, vino a reconfortarle María, la madre de Jesús, en una gloriosa aparición, rodeada de ángeles. La Santísima Virgen entregó a Santiago el Pilar, la columna de jaspe que hoy sostiene su imagen, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Esto sucedió en la madrugada del día 2 de enero del año 40 del siglo I. María conversó con Santiago y le encargó que le fuera levantado un templo en ese mismo lugar.

Parte posterior de la columna.

Parte posterior de la columna. Catedral Basílica del Pilar

La capilla levantada en Zaragoza por los primeros cristianos fue la primera dedicada a la Virgen en España, por no decir del mundo. El apóstol, apoyado ya para siempre en la fortaleza de la Virgen, continuó con la predicación hasta "Finisterre", el final del mundo conocido, donde murió y fue enterrado en una ciudad que ahora lleva su nombre: Santiago.

El Pilar traído por la Virgen continúa firme a las orillas del Ebro. La imagen de la Virgen se apoya en la columna de jaspe, que está recubierta de bronce y plata, pero en su parte posterior queda a la vista una pequeña parte. El óvalo visible se encuentra hundido por la cantidad de besos que ha recibido a lo largo de los siglos.

Venida de la Virgen a Zaragoza

La Basílica del Pilar, en Zaragoza, es un lugar emblemático con una rica historia que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Según la tradición, en el año 40 d.C., la Virgen María se apareció al apóstol Santiago a orillas del río Ebro, entregándole una columna de jaspe —el Pilar— y pidiéndole que construyera un templo en su honor. Este evento es el origen de la devoción al Pilar y del templo que hoy conocemos.

La primera edificación fue una pequeña capilla que, con el tiempo, dio paso a una iglesia románica tras la reconquista de Zaragoza en 1118. Esta iglesia sufrió un incendio en 1434, lo que llevó a la construcción de un nuevo templo en estilo gótico-mudéjar, finalizado en 1515.

Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza

Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza Catedral Basílica del Pilar

En el siglo XVII, se decidió erigir una iglesia más grande y majestuosa en estilo barroco. Las obras comenzaron en 1681 y se prolongaron durante décadas, incorporando cúpulas y torres que configuran la silueta actual de la basílica. El interior alberga valiosas obras de arte, como frescos de Francisco de Goya. Durante la guerra civil cayeron dos bombas en el templo que nunca llegaron a explotar, y están expuestas en el interior de la basílica.

La columna de jaspe, traída por la Virgen, está recubierta de chapas de plata. Es venerada por los fieles, quienes tienen acceso a una pequeña parte visible en la parte de atrás. Este fragmento, desgastado por siglos de besos devotos, conecta a los fieles con la historia y la espiritualidad del Pilar. Figuras como el papa San Juan Pablo II han expresado su profunda veneración hacia esta reliquia, besándola durante sus visitas a Zaragoza en 1982 y 1984.