Voluntarios del Virgen del Pilar reconstruyen cocinas tras la DANA: Poder hacer sus platos de siempre les iluminó la cara

Voluntarios del Virgen del Pilar reconstruyen cocinas tras la DANA: "Poder hacer sus platos de siempre les iluminó la cara" E.E

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Voluntarios del Virgen del Pilar reconstruyen cocinas tras la DANA: "Poder hacer sus platos de siempre les iluminó la cara"

Zaragoza
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Una cocina es mucho más que un lugar donde se prepara comida. Una cocina es el alma del hogar, donde se habla, se escucha y se ríe; se preparan tartas de cumpleaños o caldos caseros para los enfermos. La cocina, en una casa, es esencial.

El calor del hogar desapareció de muchas casas valencianas con la llegada de la DANA. Arrasó viviendas, coches, negocios y vidas. Dos meses después de la catástrofe, aún se sigue trabajando en la limpieza, no de las calles, pero sí en el interior de los edificios. A este cometido se han sumado los antiguos alumnos del IES Virgen del Pilar de Zaragoza, del grado de madera y carpintería, expertos en el montaje de cocinas.

Han estado varios días trabajando en uno de los pequeños pueblos arrasados (Llocnou). Han montado 5 cocinas, es decir, han devuelto el calor y dado un poco de esperanza a 5 familias. Volverán este mes de enero para montar 10 más.

Ayuda en Llocnou de la Corona

Alberto Pardo, jefe del departamento de Madera y Mueble del IES Virgen del Pilar, comenta: “Unos días después del desastre, llamé a mi amigo Rafael Navarro, director del centro integrado de FP de Catarroja. Había montado la FP con mucho esfuerzo durante años y ahora estaba completamente destruida. Lloramos juntos. Le ofrecí ayuda y mandé una carta de solidaridad en representación de mis compañeros del departamento de madera y mueble del IES Virgen del Pilar, pero en el fondo sabía que era un formalismo que se quedaba corto”, explica.

Pardo siguió pensando en cómo poder ayudar y contactó con otro compañero, Esteban Molina, jefe del departamento de madera del IES Peña del Águila en Jaén: “Esteban dijo que sí y nos pusimos a pensar en la reconstrucción”. Catarroja era grande y buscaron otro pueblo en el que su ayuda fuera útil y práctica: Llocnou.

Una de las cocinas que han arreglado los voluntarios del IES Virgen del Pilar.

Una de las cocinas que han arreglado los voluntarios del IES Virgen del Pilar. E.E

Alberto y Esteban, como buenos profesionales, se arremangaron y se pusieron manos a la obra. Llamadas, visitas, reuniones, contactos… “Me puse en contacto con la Asociación de Fabricantes de Mobiliario de Cocina y obtuve buenas vibraciones. Además, los alumnos de segundo curso de grado medio de carpintería del IES Virgen del Pilar diseñaron unos prototipos sencillos de cocina que mejoró Juan José, de la firma Kitchendraw España”, explica Pardo.

Una vez detectadas las necesidades, tomadas las medidas y conseguido el dinero y el material, un equipo de 9 antiguos alumnos junto con Alberto acudieron el 26 de diciembre al pequeño pueblo, como un auténtico milagro de Navidad.

Voluntarios del IES Virgen del Pilar en Llocnou.

Voluntarios del IES Virgen del Pilar en Llocnou. Cedida.

“En esta primera fase se han reconstruido las cocinas de 5 familias, de un total de 15 que pensamos hacer pero cuyo material no ha llegado a tiempo. Volveremos seguramente a finales de enero para montarlas”, explica Kika Herraiz, antigua alumna del instituto zaragozano.

El equipo de voluntarios contó con el apoyo logístico de María, de Interioristas en Acción; con la ayuda de la Asociación de Fabricantes de Mueble de Cocina, con el almacén en Feria de Valencia, y con Víctor de Plykit en Silla como almacén de material.

Colaboración ciudadana

Kika comenta que no solo han montado cocinas: “El total de casas en las que actuamos son 24 familias. No todas necesitan cocinas, también hay necesidad de muebles de baño, salón, sofá, armarios y dormitorios... Nosotros montamos lo que necesita cada familia”. Y añade: “La Asociación de Fabricantes de Mueble de Cocina, a la que pertenecen las firmas donantes (COSAPA, INOXPAN, CUCCINE OGGI...) y los fabricantes de mobiliario de Mancha Real en Jaén nos han fabricado y donado todo lo que les hemos pedido”. La colaboración entre empresas, asociaciones y voluntarios ha supuesto un auténtico regalo de Navidad para las familias valencianas.

“Es impresionante la cantidad de gente que, de una manera u otra, quiere ayudar. Con nosotros, por ejemplo, ha colaborado Marina, costurera jubilada. Hizo una rifa de un traje de baturra y, con el dinero que consiguió, pudo comprar sartenes, cacerolas y cafeteras para las familias de Llocnou”, continúa contando Kika. “También las niñas de la Asociación Juvenil Cantal de Zaragoza estuvieron haciendo galletas y vendiéndolas. Con el dinero que consiguieron, y el donado por amigos y familiares, vamos a poder hacer frente a muchos gastos derivados de este proyecto”, reconoce.

Antes y después de una de las cocinas montadas por los voluntarios del IES Virgen del Pilar.

Antes y después de una de las cocinas montadas por los voluntarios del IES Virgen del Pilar. E.E

Para los que no estamos en la zona afectada, parece que la DANA pasó hace mucho tiempo, pero aún hay muchas familias intentando salir adelante. Kika, tras estar allí ayudando, cuenta: “Lo que más me ha llamado la atención es ser testigo de cómo nuestra pequeña aportación a esas familias les ha cambiado la cara de un día para otro", que siga habiendo voluntarios que vayan a ayudar da esperanza a los vecinos que en un pueblo tan pequeño se han sentido abandonados.

"El día que llegamos, muchos estaban desesperanzados, con falta de fuerzas para seguir luchando. Ver sus cocinas nuevas, la idea de tenerlas limpias, colocar todos sus utensilios y volver a cocinar sus platos de siempre les iluminó la cara y les dio esperanza y fuerza para seguir”, una cocina no es solo un lugar donde se prepara comida.

Voluntarios del IES Virgen del Pilar en Llocnou.

Voluntarios del IES Virgen del Pilar en Llocnou. Cedida.

La estancia de este grupo de zaragozanos en Llocnou termina con el agradecimiento de los valencianos: “Un matrimonio estaba tan agradecido que nos prepararon una paella para todos el viernes. Comimos todos juntos como si fuéramos una familia”, relata Kika emocionada. Y realmente lo eran. Cuando el ser humano ayuda de una manera tan desinteresada a otro que sufre, se crea un verdadero vínculo de familia.