Por María Solano Conde
Mientras los pacientes se agolpaban en los pasillos de un hospital de Toledo y decenas de alumnos se veían obligados a desplazarse a otro municipio para recibir un servicio tan básico como la educación, el entonces director de la radio y la televisión autonómicas de Castilla-La Mancha, Nacho Villa, se gastaba más de 130.000 euros procedentes de los bolsillos de los contribuyentes.
Si bien los recortes en Sanidad, Educación o Servicios Sociales han sido una constante en la región, este ente público no parece haber notado los efectos de la crisis. A la información que ya se conocía acerca de la llamada “plantilla paralela” (los empleados contratados a partir de 2011, pese a haber personal suficiente) y de los desorbitados sueldos de algunos dirigentes (sin ir más lejos, el propio Villa cobraba 120.000 euros al año), se suma la noticia que publicó este jueves la emisora de la Cadena SER en Castilla-La Mancha sobre el uso que ha hecho el exdirector del ente de las tarjetas de crédito para “gastos de representación”.
Restaurantes con estrellas Michelin, hoteles de lujo, tiendas de bricolaje, informática y decoración… no se corte, pagamos los castellanomanchegos. Preguntado al respecto, Nacho Villa al menos trató de justificarse: el dinero iba destinado a invitar a comer a “presidentes de equipos de fútbol, empresarios taurinos y bodegueros”, entre otros. Pero que conste que no lo hacía por gusto sino, en sus propias palabras, “en un ámbito de trabajo”. Entonces nos quedamos mucho más tranquilos, señor Villa.
La entonces presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, aún no ha ofrecido explicaciones al respecto. Sin embargo, a estas alturas seguro que a nadie le extrañaría que alegue una suerte de indemnización como la de Bárcenas, aunque en este caso no sería en diferido, sino por anticipado.