“A partir de aquí empieza otro Giro”. Antes, doce sabrosas jornadas de antipasto: llegadas masivas, etapas nerviosas, una crono que no resolvió nada porque salió del revés. A nivel de números capitanea la general Bob Jungels, mocetón luxemburgués de Etixx-Quick Step, y dos Movistar, Andrey Amador y Alejandro Valverde, encabezan la decena de contendientes que tienen su ‘maglia rosa’ a tiro de fuga. A nivel de sensaciones, nada está claro.
“A partir de aquí empieza otro Giro”. José Vicente ‘Txente’ García Acosta, director de Movistar Team, lo repite porque lo tiene claro. Sabe que Vincenzo Nibali (Astana), ganador de esta carrera en 2013 que luce en su palmarés también los títulos de Tour de Francia y Vuelta a España, sigue siendo el favorito número uno. Sin embargo, no ha exhibido ni una décima parte de la fuerza que sí han mostrado sus rivales telefónicos. Junto a ‘Txente’ analizamos las seis claves del primer fin de semana de este segundo capítulo del Giro d’Italia: tres días de montaña que darán forma a lo que resta de ‘corsa rosa’… Y pueden incluso decidirla.
La fortaleza de Movistar Team
“Estamos en una posición ideal”, asevera Andrey Amador. El costarricense acabó cuarto el pasado Giro a base de consistencia y se halla segundo del presente con la misma receta. A su vera, Alejandro Valverde. El superclase murciano parece el más sólido entre el terceto de grandes favoritos (Nibali, Landa, Valverde) que partió de Appeldorn. Jungels aparte, el dúo telefónico comanda la general y ya acumula cierta ventaja respecto de sus rivales. Encima, está bien respaldado por un bloque compacto con gregarios escaladores de la talla de Giovanni Visconti, ‘Bananito’ Betancur ó José Herrada.
Durante estos días, Valverde ha actuado de secante para los ataques de Amador con tal dedicación que la prensa especializada ha llegado a preguntarse cuál de los dos hombres era el líder de Movistar Team. “Los dos son líderes”, respondió el mánager del equipo, Eusebio Unzué, a preguntas de Cycling Weekly. “Aún no tenemos que pensar en quién va a trabajar para quién”, dijo Valverde.
¿Os gustaría meter dos hombres en el podio de Turín?, preguntamos a Txente. “Claro que sí, pero el objetivo prioritario es ganar la general”. El fantasma del pasado Tour de Francia, cuando Nairo Quintana y Alejandro Valverde fueron 2º y 3º pero el cajón más alto del podio correspondió a Chris Froome, aparece. ¿Y si Movistar repitiera una táctica conservadora que acabara alejándoles de la victoria? “Nosotros tenemos al segundo y al tercero de la general. Son los otros los que tienen que atacarnos”, asevera Unzué.
La ausencia de Mikel Landa
Este martes, el Giro d’Italia se conmocionó cuando lo abandonó Mikel Landa. Su retirada elimina a su vez a uno de los conjuntos más potentes de la carrera, Team Sky, amén de borrar al que era número uno en las apuestas en el ecuador de la prueba. “Nosotros lo considerábamos un rival muy importante. Es una pena que le haya eliminado una circunstancia como la gastroenteritis a la que todos estamos expuestos”, lamenta Txente. ¿Es su ausencia buena para las opciones de Movistar? “No sabemos si nos perjudica o nos beneficia de cara a la victoria final. La rivalidad y el marcaje entre Landa y Nibali podría habernos favorecido en la alta montaña”, argumenta.
La [aparente] flaqueza de Vincenzo Nibali
En el canutazo que ofreció antes de volver a casa, Mikel Landa dejó una frase lapidaria cuando le preguntaron por su favorito a la victoria: “Si tuviera que elegir un solo nombre, Alejandro Valverde. Vincenzo Nibali no anda tan sólido en la montaña”. Lo cierto es que ‘lo Squalo’ no ha dejado ninguna actuación impresionante hasta ahora; de hecho, su ataque en Roccaraso salió mal y acabó envuelto en una polémica del siciliano con su director, ideólogo del mismo.
El miércoles, en la encerrona de Asolo, Valverde y Nibali se escaparon juntos en una bajada. Según el italiano, el murciano vaciló a la hora de relevar. “Me dijo que no porque tenía a Amador detrás y perdimos una ocasión de meter tiempo al resto de rivales”, rajó en meta. Valverde, por su parte, aseveró que colaboró “en todo momento”. Por la tarde, en Twitter, Nibali disparó al mensajero: “Mis palabras han sido mal interpretadas por varios micrófonos”.
Lo cierto es que sus declaraciones eran inequívocas. Si efectivamente Nibali no es superior a Valverde, con quien está prácticamente empatado a tiempo en la general, esta guerra psicológica tendrá varios episodios de aquí a Turín. “Hay que esperar para saber si a Nibali realmente le falta un punto”, enuncia Txente. “Si está justo, lo demostrará más adelante. Nosotros no debemos precipitarnos”, concluye.
Un enjambre de rivales
De los diez favoritos a la victoria en el Giro d’Italia que señalábamos hace dos semanas, sólo tres han sido eliminados: Dumoulin y Landa están en casa, mientras Kudus vaga en el pelotón doliéndose de una caída. Se han sumado a la contienda Amador y Jungels. “Son rivales peligrosos que pueden plantear mucha batalla”, analiza Txente. “Ilnur Zakarin (Katusha), por ejemplo, es el más desconocido y por ello el más imprevisible. También tenemos muy en cuenta a Esteban Chaves (Orica-GreenEdge), que hasta ahora no ha mostrado fisuras”. También están ahí Majka, Kruijswijk o Urán. “Cuando pase el fin de semana sabremos definitivamente dónde está cada uno”.
Los descensos
Hablando sobre Nibali, Txente señala su tendencia a atacar en los descensos. “Está arriesgando muchísimo; a veces de forma innecesaria, generando peligro para él mismo y para todos sus rivales. No obstante, Alejandro Valverde también es un gran bajador y puede estar a su altura en esos momentos”, cuenta. La etapa del viernes, final en Cividale del Friuli previo paso por cuatro puertos puntuables, parece terreno abonado para que italiano y español se midan en esta suerte. “Habrá batalla entre los favoritos tanto subiendo como bajando”, asevera Txente. “Hay varios descensos muy peligrosos donde se pueden buscar las cosquillas”.
1500 metros
De las tres etapas de este fin de semana, la más temida será la del sábado: etapón dolomítico con puertos de la talla de los Passos de Pordoi, Giau o Valparola. “La tónica de la carrera dependerá mucho de cómo salga la carrera, de si se busca una escapada potente o se espera a disputar en el tercio final”, enuncia Txente antes de señalar otra circunstancia: “Una vez encaremos el Passo Pordoi, apenas sí bajaremos de los 1500 metros de altitud respecto al nivel del mar. Es una incógnita cómo responderán los cuerpos de los corredores a esa circunstancia”, dice.
Igualmente definitoria parece la cronoescalada del domingo hasta la cima del Alpe di Siusi. “Se trata de un puerto duro, una pared constante al 8%. Quien tenga un mal día lo pagará y perderá bastante tiempo”, juzga Txente. Esta etapa puede marcar un antes y un después o, directamente, sentenciar una ‘maglia rosa’ que, por lo pronto, tiene el pronóstico absolutamente reservado.