Ángel Facal Soto estaba comiendo un bocadillo con unos amigos en la puerta del bar Náutico de Pasajes, Guipúzcoa, cerca de su casa. Eran alrededor de las ocho de la noche cuando una moto Vespa paró bruscamente frente a él. El copiloto saltó rápidamente y con una pistola le disparó un único tiro en la sien. Ángel cayó fulminado sobre el hombro de uno de sus amigos. El copiloto, que bajo su casco y su pasamontañas ocultaba un rostro de mujer, se subió de nuevo a la Vespa y desapareció.
Esa mujer era La Tigresa, Idoia, aquella que con 21 años ya asesinaba para “liberar” Euskadi por medio de ETA. Ángel es uno de los dos asesinatos que reconoce Idoia, tiene 23 en total, y lo reconoce a su manera, justificando su crueldad diciendo que era un narcotraficante y un chivato de la Policía.
Ángel era drogadicto, pero no narcotraficante. Recordemos que nos remontamos al año 85, como recuerda su hermana, Carmen Facal, fueron años muy duros los 80, tanto en la droga como con ETA, pero su familia se ocupaba de Ángel. Trabajaba en la empresa familiar hasta que alguien en una moto sin más que hacer, sin palabra, sin nada, se lo llevó para siempre.
Carmen Facal me cuenta que sus padres y hermanos fallecieron muy jóvenes: “Cuando La Tigresa mató a mi hermano Ángel yo estaba embarazada, y 15 días antes había fallecido mi hermano con 39 años de cáncer”. Una mujer luchadora en la que la asesina de su hermano no ha sido capaz de reparar el daño, ha tenido que convivir con esos dolorosos momentos y superarlo ella sola.
“La familia que tengo me ayudó mucho, he perdonado porque no se puede vivir con rencor, mis padres me lo enseñaron, y lo pasas muy mal pero el tiempo… no es que olvides, pero lo llevas de otra forma, ETA era una secta, y ella tenía 21 años cuando lo mató”
¿Cuántos de nosotros perdonaríamos algo así? Yo misma no me veo capaz, quizá si se les dieran a las víctimas el valor que tienen, aprenderíamos todos tanto como una misma ha aprendido de Carmen.
Facal cuenta además, que todo se aprende. La propia madre de Idoia la llevaba a todas las manifestaciones, sus padres salmantinos y viviendo en Euskadi, para encajar de alguna manera: “De ésta (López Riaño) harán una película, ya lo verás”. Fueron años muy duros y dolorosos, las vivencias de Carmen no sólo la han hecho daño, la han llevado a ser quien es hoy, una persona fuerte que siguió adelante cuando la vida disparó. “La vida nunca es fácil, el tema es saber gestionarla”.
ETA tenía todo muy bien montado, los comandos, el informativo, lo logístico, el plan de acción… cada cual se dedicaba a una cosa y no se saludaban por la calle entre ellos. "Los 15 años posteriores al asesinato de mi hermano fueron muy duros, a mí La Tigresa no me ha pedido perdón, a mi no me llegó esa supuesta carta, eso fue todo una estrategia para liberarse", dice Carmen. "Ella ahora ha salido sin dejarse fotografiar, cuidando su imagen, está escondida, ¿No has visto como ha salido?, la fue a buscar una furgoneta, un coche y una moto".
Una se pregunta, ¿qué han pagado entonces? Ni si quiera el arrepentimiento es verdadero, por mucho que la gente tenga varias opiniones y haya quien si se la crea, si las víctimas no sienten el arrepentimiento no lo hay, no existe, da igual la edad que tuviera. Mató a consciencia, desde los 20 hasta los 34, creo que hay un largo tiempo para pensar en lo que estás haciendo, ni la secta más prestigiosa del mundo hace que una persona quede hipnotizada durante más de 14 años.
Y ¿para qué? Han matado tanto para nada, sólo para causar dolor y mal, a gente ajena, que nunca lo podrán olvidar, eso es lo que se ha hecho y esto es lo que está en libertad. No es persecución hacia ella, es contra quien ha permitido todo esto. Facal no tiene miedo, se nota en su manera de ser, si has luchado contra el diablo, ¿a qué le puedes tener miedo?.
¿Existe la justicia? Inés del Río, como La Tigresa, Urrusolo anda paseando por la calle. Nunca he compartido buenos sentimientos hacia esa gente. ¿Liberadores? Una puta vergüenza, hicieron mucho daño, menos mal que se ha acabado esa lacra.
Carmen ve todo este panorama mucho más tranquilo pero hace unos años allí señalaban con el dedo y te podían matar, una oscuridad que parecía no acabar. Ahora las banderas ni se ven, hace años estaba todo lleno, pintadas, era horrible.
Hay gente en los pueblos que son mucho más cerrados y siguen intentando de algún modo llevar ese alma de ETA, pero afortunadamente ya no es como antes. Ángel Facal, de algún modo ha protegido y dado fuerzas siempre a su hermana, de alguna manera ese sufrimiento se ha visto en forma de luz hacia Carmen, una persona que pasa por los lugares observando todo, se queda con todo, disfruta de lo que tiene alrededor, hasta, me contaba, de una pequeñísima lagartija que había visto hoy.
Desde hace siete años cambió su chip, tuvo que ver la vida como la ve hoy, con alegría y fuerza, por eso pido que nos encontremos muchas más personas como Carmen Facal, no son víctimas, son héroes de esta vida que nos inspiran a los demás a llegar algún día a ser la cuarta parte de lo que son ellos. Que Ángel proteja a su hermana como ángel que es muchos años más y que nadie jamás nunca le olvide.