Estamos ante una sociedad que mediante la presión quiere conseguir cualquier tipo de reivindicación, cambiar leyes, cambiar sentencias, cambiar todo lo que creemos que es cambiable a nuestro gusto. España es un país que siempre se ha caracterizado por ser mediático, somos aquello que nos presenta la televisión y lo convertimos en manifestación, ataques y presión. No luchamos con las armas que tenemos en el Estado, la ley, su aplicación o su reforma, luchamos gritando en las calles y tras ver que el Gobierno “nos hace caso” cogemos más fuerza. Todo se pone en duda, un poder judicial nada separado del político, no nos engañemos, no hay separación de poderes, todos están manejados por el mismo hilo.
Lo realmente increíble es la situación que tenemos hoy en día, a un lado el famoso caso de “La Manada”, el tratamiento del caso ha sido nefasto, las subidas de tono, los gritos y filtraciones, ponemos una mano en lo alto del cielo cuando se les da libertad provisional, pero nadie de los que están en la calle clamaron por la libertad de tantos asesinos etarras como de violadores y asesinos en serie. Se tumbó una doctrina que nos salió muy cara, se puso en libertad a tantos y tantos indeseables con sentencia firme. ¿Y quién ha luchado para cambiar ese código?
Echamos la culpa a Europa cuando el más que conocido Estrasburgo nos condena a España a pagar dos etarras que pusieron una bomba en la T4… Indignación y gritos, aunque no tanto a como el caso de “La Manada” o los guardias civiles de Alsasua, porque no es tan mediático, ¿verdad? Es este el juego. El problema no está en Estrasburgo, está en nuestro país, en nuestras leyes que no han sido endurecidas. Un abogado agota las vías, interpone recursos y llega hasta el final por defender a su cliente, las herramientas que usa están en el mismo Código Penal tanto para defender a un asesino como para acusarle. Vivimos en un país garantista, se cree en la reinserción del condenado y todos los beneficios están recogidos en la Ley.
¿Entonces por qué luchar? Hay un enfrentamiento de opiniones, fijarse que los defensores de los agresores a la Guardia Civil de Alsasua, defienden que la aplicación de la ley es exagerada, sin embargo muchos de ellos también se manifiestan por la puesta en la libertad de “La Manada” pidiendo un endurecimiento de la pena o un delito mayor.
Dos oleadas de personas defendiendo opiniones y presenciando las mismas protestas mediáticas. Recordar el brutal asesinato de la joven madrileña Sandra Palo, violada, quemada y atropellada varias veces, su madre luchando desde entonces por reformar la Ley del Menor, la sociedad clamó como con las niñas de Alcasser, pero no se ha conseguido más que indignación y frustración.
Permitir que la Doctrina Parot fuera tumbada sin un intento antes de reformar la Ley, fue desastroso. Permitir que algunos casos sean tan mediáticos como para hacer cambiar las opiniones por manifestaciones a favor o en contra, es terrorífico. Se está produciendo un movimiento único en la historia, el feminismo sale a la calle con más fuerza que nunca, pero no hay que confundir el verdadero feminismo, la lucha por la igualdad, con el odio y la involucración en el Salvame judicial. ¿Qué dirías? Reformarías el Código Penal tanto para “La Manada” como para los agresores de Alsasua, todos por igual, ¿aplicarías de forma normal, si el delincuente lo merece, la prisión permanente revisable?.
¿Darías los beneficios que se les han dado a etarras con el arrepentimiento? O por el contrario ¿Harías que cumplieran unas pena íntegra? Tenemos que estar seguros de lo que gritamos en las calles, porque puede que algunas personas estén trabajando para que la justicia, sea justicia de verdad sin influencias televisivas ni políticas.