No dejamos de ver a los médicos en su reivindicación, en huelgas, por la mejora de la sanidad pública en Madrid. Según Ayuso es un enfrentamiento político más que otra cosa que quieren perdurar hasta las elecciones autonómicas con el consecuente coste político. Hay un enfrentamiento sin visos de ser solucionado, y que tiende a ser constante en el tiempo, con periodos de calma, cuando gobierna en la comunidad de Madrid la izquierda, de ahí que se pueda pensar que el movimiento sindical está teniendo su marcada influencia.
Desde que gobernó Esperanza Aguirre en la comunidad de Madrid surgió la diatriba entre la sanidad pública y privada. Hubo, en aquel entonces, otra huelga por la inversión en hospitales con gestión privada. Esperanza Aguirre no privatizó la sanidad de Madrid.
La sanidad es un tema intocable tanto por la derecha como por la izquierda, y se desvía hacia ella mucha cantidad de capital en todos los presupuestos generales para mantener su viabilidad.
Ningún partido político es capaz de atajar este tema por el coste político que supondría en el resultado electoral hacer ningún cambio, sino ofrecer fondos públicos, para mantenerla y mejorarla.
En España hay sanidad pública y sanidad privada. A la sanidad privada se accede desde los seguros médicos o en caso de no tenerlo, pagando la intervención. Los seguros médicos en España llevan funcionando muchos años, y esto ha permitido la inversión empresarial en sanidad privada, pues hay un beneficio económico en ella. Estos seguros médicos son usados por muchos españoles y liberan a la sanidad pública de pacientes, mejorando así el resultado de su funcionamiento con los medios que tiene.
Así que es ridículo el discurso y el conflicto entre el mensaje que se lanza respecto a la sanidad. Estos seguros médicos para los españoles con recursos económicos no son excesivamente caros, resultando viable su contratación, por supuesto si se tienen ingresos suficientes.
Con el sistema actual, si ambas sanidades colaboran, los fondos públicos requeridos para mejorar la sanidad no serían tan grandes. Hay medicamentos caros, muy caros, el sistema de sanidad pública no permite financiarlos con sus fondos. Esto genera desconexión entre lo público y lo privado.
Suelen salir imágenes en la televisión de pasillos con pacientes en camas desatendidos, lo cual puede llegar a hacer pensar que la sanidad pública es un total desastre.
No se puede sobredimensionar ningún sistema para que no se produzcan colapsos en los picos que requieren el servicio. Baste para ello ver los atascos en las carreteras los días que nieva.
La sanidad pública requiere de fondos para ser mejorada, sobre todo en los tiempos de espera para la realización de pruebas y el acceso a los especialistas, así como la construcción de nuevos hospitales y centros de salud. Esto en un sistema sin algún tipo de copago requiere altas subidas de impuestos, nunca suficientes, afectando a las rentas medias.
No se trata de que haya españoles que usen sólo la sanidad privada, los seguros médicos no cubren todo el proceso de las enfermedades de larga duración, ni los medicamentos, por ello a la sanidad pública debemos poder acceder todos.
Para mantener los impuestos más bajos, habrá sin duda que ir a un sistema de copago de bajo coste, sólo para las rentas que lo pueda permitir. Sin duda, garantizado su total gratuidad para las rentas bajas.
De esta forma, con la conexión público privado y el copago, las huelgas dejarán de tener sentido.