Quédese, señor Feijóo, le decimos todos los españoles que pensamos que se necesita un nuevo líder en España, un nuevo líder capaz de aglutinar todas las posiciones políticas con un liderazgo valiente.
En esta campaña electoral proclamada por Pedro Sánchez, tras los malos resultados del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales, (sin importarle la presidencia de la Unión Europea, ni que sea Julio, mes vacacional para muchos españoles), este presidente va de sobrado, pero se dice que pudiera tener red en caso de perder las elecciones, pues lo compensaría con un soñado puesto en la OTAN. Ya se ve su interés por resolver la maltratada economía española. Su ambición le lleva a tener voz en los conflictos mundiales.
A la par que su ansiedad le lleva a pedir seis debates con Feijóo, proclama que la economía es una moto, lo de la moto no sólo se usa para decir que algo rueda y va bien, cosa que no ocurre con nuestras cuentas, también se usa para decir "señor Sánchez bájese y no nos venda más motos".
La balanza comercial sólo la salva el turismo, pues hay déficit en otros bienes y servicios y si nuestra balanza de capital está en superávit se debe a los flujos de los fondos europeos.
La inflación no la ha generado un aumento del consumo sino la repercusión de los costes en los precios, sin embargo, los márgenes no han aumentado y los beneficios empresariales tampoco, esto dificulta la inversión y así indirectamente el empleo de calidad, por lo que la economía española no crece. Si su PIB no es del todo malo, se debe a la locomotora de Madrid, de nuevo las políticas conservadoras de Ayuso hacen crecer y así compensar las dificultades de Andalucía, Extremadura o Melilla.
El superávit de la balanza de capital se está usando para subvencionar la economía familiar y subir las pensiones el IPC. Estas subvenciones no disparan el consumo ni el ahorro, no permiten un aumento del valor adquisitivo real, simplemente se intenta con propaganda proclamar que se compensa el IPC.
No es de recibo que los jóvenes sean los grandes perjudicados. Se está creando una brecha entre los pensionistas y los sueldos de los jóvenes difícil de solventar. Hay que apostar por la fuerza de trabajo. No se puede vivir en la holgura mientras no haya trabajo de calidad.
Así, debido a la inflación y a la brecha salarial de los trabajadores en activo, se impide el ahorro y de esta manera la capacidad de financiación de familias y empresas impidiendo la expansión de la economía.
Ya no se puede deflacionar la moneda como hacia Felipe González cuando la balanza comercial no marchaba bien del todo. Estamos sujetos al euro, de esta forma los ingresos por exportaciones se deben al valor real del estado de nuestra economía, y en parte al de los bienes y servicios, y no a políticas monetarias internas. Si no se producen productos para ofrecer en calidad y precio, no habrá pagos del exterior. Así, el turismo, única fuente que está tirando de nuestra economía, como en los últimos años del franquismo, es lo que único que corrige el déficit de la balanza. pero esto no puede ser más que coyuntural y precursor de una economía enferma.
Feijóo tiene que debatir no seis veces o una, sino cada día, en su mensaje para que quede claro cómo se pueden cambiar las cosas.
Se precisa un empleo de calidad y no una disminución del paro ficticia con fijos discontinuos. pero ¿qué es eso de cesar la actividad laboral por meses? con la consecuente, antes o después, bajada en la productividad y los márgenes aumentando así la inflación repercutiendo de nuevo los costes en los precios.
Sería un error que el PP pactara con VOX. algo parecido, pero no de cerca, a los pactos viciados del PSOE, por mucho que VOX no esté en contra de la Constitución, ni en sus filas haya asesinos como en Bildu.
El PNV puede permitir un gobierno de la lista más votada, que según las encuestas sería el PP. En ello está por parte del PNV parar el avance de Bildu en el País Vasco. Se está jugando su futura desaparición de seguir dando cancha a los asesinos para influir en las decisiones del gobierno. Estás decisiones se encaminan a más miseria a corto y medio plazo para España.
Señor Feijóo, quédese, aunque ya sabemos que tendrá que lidiar con problemas graves y no va a ser fácil su gestión. Esperemos salgamos de la soberbia de Sánchez y que gobierne, si sale elegido en las elecciones de julio, con decisión y valentía, sabiendo que a veces no son las urnas lo que debe hacer tomar las mejores decisiones, sino el buen gobierno y el buen hacer, pero para todos.