Luis Rosales

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"Porque la muerte no interrumpe nada"

Carla Juárez
Publicada

En 1987, cinco años antes de la muerte de Luis Rosales, publicaba su fiel amigo y poeta Félix Grande un libro que pretendía arrojar luz sobre la vinculación de la familia Rosales con la muerte de Federico García Lorca. El título era esclarecedor: La calumnia. De cómo a Luis Rosales, por defender a García Lorca, lo persiguieron hasta la muerte. En este libro, Grande hizo un esfuerzo ingente por tratar de documentar, a través de su palabra libre y sincera, una de las más nauseabundas falsedades que habían ensuciado la honradez y el coraje de un hombre: que Luis Rosales fuera cómplice del asesinato de Federico García Lorca.

Uno de los mejores hispanistas y conocedores de la vida de Federico García Lorca y de sus últimos momentos en Granada, Ian Gibson —intelectual nada sospechoso de vincularse al ideario falangista— fue el primero, antes de Félix Grande, que intentó desmontar esta innoble afirmación. Las cartas inéditas de Gibson que se conservan en el archivo personal de Luis Rosales dan buena cuenta de este hecho. En ellas, los dos amigos se escriben desde el cariño, con "unas cuantas palabras verdaderas", como diría Antonio Machado, reflejándose así la cómplice amistad que mantuvieron: "Quiero verte hecho un tarzán"; "Sabes cuánto me gustaría que leyeses mi libro"; "Voy a volver a darte la lata como siempre con preguntas sobre Federico". Pero hay una carta en concreto, enviada por Gibson a la esposa de Rosales, María Fouz, tras la muerte de su marido, que puede ayudar a entender el empeño que puso el escritor irlandés en desmentir la difamación que persiguió al nombre de Rosales desde agosto de 1936:

"Tú sabes, porque casi siempre estabas a su lado, cuánto apreciaba yo a Luis, y el esfuerzo que hice por limpiar su nombre, a raíz de una investigación lo más exhaustiva posible, de tanta calumnia e insidia".

El pasado 25 de agosto, seis días después de que se cumpliesen 67 años del asesinato de García Lorca en Granada, se publicaba en un periódico valenciano un artículo en el que su autor, cual típico escritor noventayochista que camina por el paisaje castellano —lástima que no haya copiado de ellos aspectos como la documentación o el gusto por una cuidada ortografía—, nos hace un recorrido por la Granada de García Lorca, y, cuando llega a la antigua casa de los Rosales —hoy convertida en un hotel—. donde la familia trató de ofrecerle refugio en Granada y en la que Lorca pasó sus últimas horas antes de ser llevado a prisión, despacha rápidamente la historia de la familia y del poeta de posguerra diciendo lo siguiente:

"Luis Rosales, famoso poeta durante el franquismo, amigo de Federico y gerifalte falangista. Se ha especulado mucho sobre qué pudo hacer la familia Rosales para salvar la vida de Lorca. He leído declaraciones de Luis Rosales y he visto gracias a internet intervenciones suyas en televisión de los años 70. Nunca dio una explicación concreta y veraz sobre lo ocurrido".

Es curioso que el autor del artículo dé las gracias a internet por haberle facilitado acceder a las declaraciones de Luis Rosales. Imagino que se estará refiriendo a las múltiples apariciones televisivas que hizo Rosales, como, por ejemplo, en el programa La Clave, presentado por José Luis Balbín y titulado "Muerte de García Lorca",  emitido no en los años 70 como dice el autor del artículo, sino en junio de 1980, y en el que Rosales dedica 12 minutos a explicar por qué Lorca decidió viajar a Granada y no quedarse en Madrid, o a detallar, con la ayuda de Gibson y otras personalidades republicanas como el exgobernador de Granada, César Torres Martínez, o el amigo de Lorca, el escenógrafo Santiago Ontañón, cómo fueron las últimas horas del poeta universal en la ciudad andaluza.

Quizá pueda estar refiriéndose a la entrevista que le hizo, en los míticos programas de A Fondo, el periodista Joaquín Soler, y en el que dedica otros 13 minutos a hablar sobre el tema. O en entrevistas para Televisión Española, Canal Sur… Luis Rosales fue el primero en querer esclarecer los hechos de la muerte de García Lorca y en muchas ocasiones comentó que el régimen debería ser el primer interesado en aclarar punto por punto la muerte de Federico: "No aceptar la verdad histórica no es haberlo matado, es seguir matándolo".       

No deja de ser sorprendente que, después de todo lo que dijo Rosales sobre su amigo Federico García Lorca, este periodista escriba que "nunca dio una explicación concreta y veraz sobre lo ocurrido". ¡Qué hubiese dicho si además de buscar en internet hubiera leído algún libro sobre el tema! Dijo Luis Rosales, en un verso bellísimo de El contenido del corazón, que "la muerte no interrumpe nada". Parece que tampoco la calumnia, o, mejor dicho, los calumniadores.

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