Algunos de los trenes destrozados por el atentado del 11 de marzo de 2004.

Algunos de los trenes destrozados por el atentado del 11 de marzo de 2004. Efe

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Tras el vigésimo aniversario del 11-M

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Ya pasó el aniversario, marcado una vez más por la masiva referencia al relato oficial del 11-M efectuada por casi todos los medios. Casi nadie se ha atrevido a llevar la contraria, a recordar la existencia de hechos indiscutibles, nunca investigados, contrarios a la versión oficial.

Casi nadie recuerda ya que, menos de 24 horas después del atentado, se puso en marcha la destrucción de los trenes, la anulación de su contenido como prueba para la investigación y la introducción de una bolsa bomba que, carente de cadena de custodia, apareció en la comisaría Puente de Vallecas. Finalmente, nada extraído de los trenes llevó a ninguna de las conclusiones de la sentencia.

Los trenes destruidos

Antes del desguace final de los trenes, ejecutado a partir del día 15, se realizó una rápida y masiva retirada del material más afectado por las explosiones. Ese hecho está perfectamente documentado. El tren de Atocha salió de la estación a las 8:00 del día 12 asombrosamente limpio de ese material. Del tren de Téllez tenemos el testimonio dado en directo por Alfonso Ojea para la SER, el día 12 por mañana, cuando afirmó que el material que se retiraba de ese tren era trasladado a las instalaciones de la Policía Científica del barrio de Canillas. En ese material habría sin duda multitud de impregnaciones del explosivo, deformaciones, componentes de los artefactos, metralla…Todo ello era fundamental para la investigación, pero desapareció sin que conste pericial alguna al respecto.

Las muestras anuladas

Antes de esa actuación en los trenes, los peritos habían recogido en ellos unas muestras que habrían sido muy importantes para la investigación del explosivo. Pero no fue así. No consta sumarialmente que exista el acta de recogida con la descripción de todas ellas, con la cual se habría iniciado la necesaria cadena de custodia. Tampoco existe el acta de entrega de esas muestras, con su descripción, al laboratorio Tedax, por lo que se ignora qué muestras se analizaron.

Desaparecieron muestras de tierra, líquidos, tejidos… que los peritos declararon haber recogido, pero que la perito del laboratorio afirmó en el juicio no haber recibido. En ese laboratorio se terminó de anular el valor probatorio de las muestras al lavarlas con agua y acetona y no conservar los líquidos de lavado. Finalmente, ya durante el juicio, llegaron al laboratorio de la Policía Científica sin que tampoco conste en este caso el acta de su entrega. No es pues extraño que los peritos independientes de la pericial ahí realizada dijeran por escrito que habían pedido por activa y por pasiva la cadena de custodia, sin que se la entregaran. No podían entregarles algo que no existía.

La metralla fantasma

Hubo unas muestras cuyo asombroso tratamiento conocemos bien gracias a las diversas periciales a las que fueron sometidas. Se trata de las muestras de metralla, enfrentadas al inexplicable hecho de su abundante presencia en la bolsa de Vallecas y de su total ausencia en los cuerpos de las víctimas, como declaró ante la juez Coro Cillán la doctora Baladía, autora de las autopsias.

Entre mayo de 2004 y junio de 2007 la metralla supuestamente recogida en los trenes fue sometida a 7 periciales. Pues bien, el examen de la naturaleza de las muestras, a partir de su descripción en los documentos oficiales, pone de manifiesto asombrosas transformaciones, desapariciones y apariciones de clavos y tornillos, de pericial en pericial, según las necesidades de cada momento, sin que se conozca la existencia de una imposible cadena de custodia.

Con todo ello, el valor probatorio de las muestras extraídas de los trenes había quedado totalmente anulado, y se consiguió que ninguna pericial efectuada con ellas determinara el tipo de explosivo utilizado ni diera pista alguna conducente a los autores.

Informe pericial conjunto

El asunto se completó con el retraso de la única pericial seria efectuada sobre las explosiones, el informe pericial conjunto Policía / Guardia Civil, efectuado en junio de 2005, cuando hacía más de un año que no existían trenes y cuando las muestras extraídas de ellos habían quedado anuladas. Realizado con fotografías tomadas por policías y, sobre todo, por municipales, ferroviarios y bomberos, no llegó a conclusión importante alguna. Según su acta, el estudio de los efectos de las explosiones en asientos, revestimientos interiores, ventanas, puertas de los trenes era determinante, al mismo nivel que los análisis químicos, para establecer la cantidad y tipo de explosivo utilizado.

Pero ya no podían investigar ese mobiliario tan importante, pues había desaparecido por toneladas el día siguiente al atentado.
Así quedaron anulados para la investigación los trenes con todas las pruebas que contenían, Así se pudo trasladar la investigación a la bolsa bomba de Vallecas que nadie vio en ningún tren, mientras que su origen, su tratamiento y su rocambolesca desactivación hacen increíble su supuesta procedencia.

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